Hurgar con catalejos

Hurgar con catalejos

Amado Aurelio Pérez

panop1954@gmail.com

 

Cuento del cuento

segunda parte

Lo que hoy llaman y entendemos como un cuento, su estructura, atmósfera, tensión y ritmo, tiene sus orígenes en el mundo literario anglosajón, territorio donde logra una forma casi definitiva a lo largo del siglo XIX, con Edgar Allan Poe y con Raymond Carver en siglo XX.

Las editoriales invierten en la traducción del cuento escrito en inglés, sin duda uno de los ámbitos más fértiles y ricos del género. Santiago Roncagliolo, autor peruano, afirma en entrevista con W magazine «la vida de una persona suele parecerse más a un libro de cuentos que a una novela. No hay un hilo conductor, sino una serie de episodios inconexos que forman un camino impredecible».[1]

La intensidad, la maestría que requiere esta narrativa ha generado una serie de subgéneros que hacen más rica la actualidad fugaz: época de búsquedas y exploraciones creativas, donde el cuento sigue siendo el mejor laboratorio para ampliar el territorio de la literatura, prueba de ello son los autores latinoamericanos de este siglo y el que casi todas las editoriales ya publican volúmenes de relatos, algo impensable el siglo pasado.

Las formas breves de la narrativa –minificción–, de larga data en la producción de escritores, halló su nicho de mercado, en la minificción. Pero no olvidemos, le ha costado todo un siglo de producciones atravesar el tardío modernismo, las vanguardias, las neovanguardias, la literatura de los 60 y la posmodernidad periférica que vivimos, para ingresar en la agenda académica como una manifestación literaria viable.

En el universo de las antologías se encuentran los primeros indicios en torno a la diferenciación de estos (subgéneros) formas canónicas; La de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Cuentos breves y extraordinarios (Buenos Aires: Losada Primera edición: 1953) es fundante y ejemplarizante. Lo es en el sentido de que todo antologista funciona como crítico y superlector, toda antología se vuelve un modelo de lectura. Del mismo modo, una rápida lectura de los prólogos de las diversas antologías organiza un recorrido sobre el temario vinculado con la minificción. Borges y Bioy afirman en el prólogo:

Este libro quiere proponer al lector algunos ejemplos del género [narrativo], ya referentes a sucesos imaginarios, ya a sucesos históricos. Hemos interrogado, para ello, textos de diversas naciones y de diversas épocas, sin omitir las antiguas y generosas fuentes orientales. La anécdota, la parábola y el relato hallan aquí hospitalidad, a condición de ser breves (Borges y Bioy Casares, 1995:)

 

Si bien la antología no incluye exclusivamente textos latinoamericanos, se advierte por una parte el recorte trazado en torno al “género narrativo”, ni menos aún, la presencia del adjetivo “breve” del título.”

Otra temprana antología es la de René Avilés Fabila publica en 1970: “Antología del cuento breve del siglo XX en México” en el Boletín Nº 7, Comunidad Latinoamericana de Escritores, México, seguida de la de Edmundo Valadés en 1976 El libro de la imaginación.

En su prólogo, Avilés Fabila apunta: La importancia del texto mínimo no es poca: va aparejada a la confección de una literatura moderna, cosmopolita, sin folklorismos, a veces fantástica, de severos lineamientos estéticos[2]

¿Cuál es la opinión de los tratadistas? Lauro Zavala, teórico mexicano que se interesó mucho por este nuevo género, subraya que en las dos últimas décadas ha crecido el interés por los relatos breves y divide esos en tres categorías: cuentos cortos, muy cortos, ultra-cortos. Si se considera que un cuento de extensión común lleva entre 2000 y 10 000 palabras, los cuentos cortos poseen entre 1000 y 2000 palabras, los muy cortos entre 200 y 1000 y los ultracortos hasta 200 palabras, o sea la extensión de una cuartilla.

A esos cuentos ultracortos se les llama también minificciones, minicuentos, micro-relatos, ficción súbita, viñetas, relato microscópico, textículo, etc. La profusión de nombres evidencia la falta de definición del género, resultado del desinterés de los teóricos como de la dificultad de clasificar este género híbrido.[3]

El deseo de construir una industria cultural capaz de competir con las propuestas, en particular, de los Estados Unidos, lo abordaremos la próxima semana; espero contar con tu atención.

[1]https://wmagazin.com/relatos/por-que-triunfa-el-cuento-en-el-siglo-xxi/ consultado 20 septiembre 2024

https://www.reneavilesfabila.com.mx/obra/sobre_obra_raf/canon_hereje_minificcion_hispanoamericana_laura_pollastri.html [2]

[3] ZAVALA Lauro, Cartografías del cuento y la minificción, Editorial Renacimiento, 2014.

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