Iglesia: Presumir culpa, no inocencia en curas acusados de pederastia

Partidiario

Criterios

 

Medios de información y periodistas están obligados a poner sobre la mesa la verdad, y nada más que la verdad por dolorosa que sea para la Iglesia católica en caso de escándalos sacerdotales, expresó recientemente el arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, en una breve alusión a un grupo de periodistas con motivo de Pascua.

Reconoció entonces, palabras más palabras menos, que la Iglesia atraviesa por una grave crisis que la ha puesto en entredicho por escándalos y las faltas graves de sacerdotes y agentes de pastoral que han abusado de menores de edad y que eso es incuestionable.

Desafortunadamente, sus apreciaciones no fueron del todo difundidas. Para distintos  diarios, televisión y radio pasaron desapercibidos sus palabras e igual pasó con la conformación de la Comisión Diocesana Interdisciplinaria para la Protección a Menores, que además incluye a personas vulnerables en general.

Días después, en su edición del pasado domingo, en el Semanario Arquidiocesano, el mismo prelado Robles, expresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, publicó los lineamientos esenciales a los que habrá de acogerse dicha comisión ante este asunto “de una gravedad incuestionable”, según declaración del propio prelado, de acuerdo con el discurso del Papa Francisco en la inauguración del encuentro mundial sobre este particular problema, celebrado en Roma  en febrero pasado.

Los objetivos que persigue la comisión serán, entre otros: a-Escuchar, tutelar, proteger, cuidar y acompañar a los menores que hayan sido víctimas de abuso sexual parte de cualquier clérigo, y/o agentes de pastoral en el entorno eclesial; b-Tener una vinculación cercana a las autoridades civiles para que tengan conocimiento de cualquier abuso que se haya  dado en el ambiente eclesial, mostrando transparencia de la verdad de los hechos; c-Implementar los protocolos, controles y mecanismos en la prevención de nuevos abusos físicos y psicológicos a menores.

Para que surtan efecto tales objetivos, se ofrecerá apoyo, acompañamiento y ayuda  espiritual, psicológica, canónica y legal a las víctimas de delitos sexuales cometidos por cualquier clérigo y agentes de pastoral; se procurará la prevención de los citados delitos siguiendo las líneas de acción ya establecidas por el Episcopado;  hará cero tolerancia en contra de quienes cometan cualquier tipo de abusos de esta naturaleza.

También, quien sea imputado de un delito sexual dentro de la vida eclesial, quedará en automático suspendido de sus funciones presumiendo primero la culpabilidad antes que la inocencia. Si procede un castigo, una vez hallado culpable, se dará a conocer públicamente o, de lo contrario, si es inocente, se reservará el asunto y se levantará la suspensión, explicó por su parte el padre Antonio Gutiérrez Montaño, vocero arzobispal.

La Comisión Diocesana Interdisciplinaria la integran laicos y sacerdotes especializados en distintas áreas que tienen que ver con este grave problema de los abusos sexuales: psicólogos, abogados y especialistas en Derecho Canónico. Se trata de las siguientes personas: Licenciadas en psicología Elia Rose Lynn de Juan Díaz y Jeovvana Paola Estrada Hernández; área jurídica: Martín Emmanuel Miranda Silva, vinculación con las autoridades civiles, presbítero doctor Daniel Hernández Rosales; área canónica, el padre y doctor Miguel Ángel Rodríguez Díaz.

Todos ellos deberán hacer su juramento conforme a la moral, el magisterio de la Iglesia, la ley civil y el ordenamiento canónico ante el arzobispo quien podrá remover libremente a quien juzgue conveniente.

De acuerdo con el Arzobispado tapatío, el problema del abuso de menores y personas vulnerables es tan grave que basta que lo cometa un clérigo (de diácono hacia arriba,) para que la Iglesia haga todo lo humanamente posible para erradicar este mal que tanto daño ha hecho a la Iglesia universal.

De acuerdo con las estadísticas que hay en las diócesis del estado, en Jalisco se tienen 18 casos comprobados de pederastia, entre un número cercano a los 4 mil sacerdotes, dijo el padre Gutiérrez Montaño, quien ratificó que hay tolerancia cero hacia ese tipo de actos tan deleznables y que para tal efecto es hasta ahora la única asociación religiosa y de cualquier otra índole que se ha puesto ya en contacto directo con la Fiscalía General del Estado de Jalisco para extremar la vigilancia y, en su caso, castigo a culpables.

Presumir culpables antes que inocentes en sacerdotes denunciados, pareciera un retroceso desde el punto de vista jurídico, pero desde la Iglesia misma hacia los suyos es un adelanto, aunque no parezca disponibilidad de acabar con este escandaloso mal que desde hace años esperaban no sólo los católicos, sino la sociedad entera.

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