La Escamocha: Habitar a la mala

Foto: Wikipedia

José Díaz Betancourt

Nunca mejor lugar para aplicar el dicho que reza,”fulanito quiere vivir de sus rentas”.

El Fenómeno de gentrificación, el rentismo, la movilidad y las grandes extensiones urbanas han detonado la posibilidad de hacer negocio con base en los espacios urbanos de manera desmedida,atroz y desleal a costa en muchas ocasiones del despojo y generando más aristas de desigualdad.

En ciudades con grandes atractivos urbanos tradicionales o que muestran un nivel de vida “cool” como llamaron en una revista a la Colonia Americana desatando con ello una inusitada sobrevaloración de la zona u otras aledañas, despegan en la cabecita de cualquiera que puede rentar un cuarto de tres por tres que ahora estará ocupado por tiliches que hay que tirar, para ganar una fortuna.

Así, si en corto se han desatado ambiciones,todos conocemos los grandes alcances para que se hayan aplicado expresiones como “cartel inmobiliario” para bautizar un suceso que en su mínima expresión podría ser visto como una inversión desleal, sin proporción, que se instala en medio de un entorno barrial hasta que lo aniquila, mientras todos sabemos que se basa en el uso de permisos y maniobras corruptas.

Y en otra expresión extrema también sabemos que existe una escalada que parece no tener fin en el uso y aplicación de recursos desmedidos, obtenidos en actividades ilegales para construir grandes complejos gentrificadores, en los municipios de Guadalajara y Zapopan, de este tema ,claro, no se habla en las campañas electorales.

Pilón

De verdad creen las autoridades que nos chupamos el dedo cual niños festejando  el 30 de abril cuando el último incendio sub urbano comenzó precisamente unas horas después a las 4 de la mañana del uno de mayo dizque espontáneamente en el cerro del Colli.