Un aspecto importante que cuidan las personas migrantes, a lo largo de su huida en busca de un mejor lugar para vivir, es la seguridad. No se trata solamente de tener las condiciones para poder dejar su terruño ─recursos económicos, una red de apoyo, familiares o conocidos en otro país─, sino de contar con estrategias adecuadas y seguras para poder realizar el periplo. Desde hace al menos una década, miles de migrantes centroamericanos han cruzado por nuestro país en caravanas. Unas pequeñas, otras muy grandes; con mayor o menor visibilidad. Sea como sea, al día de hoy es la manera más segura de migar por la violenta territorialidad mexicana. caravana
Durante 2018 tuvimos una presencia importante de caravanas cruzando México, incluso algunas de ellas se mantuvieron al inicio de 2019. Sin embargo, la política de contención migratoria puesta en marcha por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, utilizando a la Guardia Nacional como muro armado a consecuencia de las presiones económicas y comerciales de Donald Trump, hizo que esta forma de migrar se detuviera. Sin embargo, solo fue durante algunos meses, en tanto se ideaban otras maneras de formar caravanas. Así las cosas.
Este 2020 ya nos amanecemos con la primera caravana de la década. Este grupo de migrantes salió el miércoles pasado de San Pedro Sula, Honduras, con destino a Estados Unidos. Evidentemente que las difíciles condiciones de vida, el desempleo, la violencia callejera en aumento, la profunda pobreza y desigualdad, son realidades más violentas y difíciles de enfrentar que el endurecimiento de las leyes migratorias estadunidenses, y la disposición de los gobiernos de México y Guatemala para colaborar con la Casa Blanca deteniendo, mediante la fuerza pública, el paso de migrantes.
Frente a la desesperación de miles de jóvenes principalmente, los gobiernos de México, Guatemala y Estados Unidos han manifestado su rechazo a esta manera de migrar, dejando en claro que no permitirán que los migrantes continúen su camino. En principio esa ha sido la respuesta gubernamental a la desesperación sufrida por miles de personas en Honduras.
En Guatemala, el gobierno de Alejandro Giammttei ha comenzado a detener el paso de hondureños, violando el estatuto del Convenio CA4 que permite la libre circulación de hondureños, nicaragüenses, salvadores y guatemaltecos entre esas cuatro naciones. Por su parte, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, han afirmado que no dejarán pasar a los migrantes por nuestro país, echando mano de todo lo que hay a su alcance para lograrlo. Se negará la emisión de salvoconductos para que los extranjeros alcancen nuestra frontera norte y eventualmente intenten entrar a la Unión Americana.
Para cuidar las formas, la secretaria de Gobernación dijo que son bienvenidas las personas migrantes que soliciten asilo o refugio en México por razones humanitarias, busquen incorporarse a algún programa migratorio, obtener becas de estudio o deseen ser incluidos en algún programa social, pero de ninguna manera se otorgarán salvoconductos o visas de tránsito que permitan el avance hacia la frontera norte.
Por vía de mientras, ya son cientos de migrantes quienes han llegado a nuestra frontera sur. A pesar del esfuerzo de Guatemala por detenerlos mediante controles de la policiacos con la ayuda de personal estadunidenses de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), los hondureños ya se encuentran prácticamente a las puertas del municipio de Suchiate, Chiapas en espera de otros grupos para iniciar la travesía por la República.
Lo dijimos el año pasado. La estrategia de migrar en caravana no se detendrá, muy al contrario, aumentará. Hoy por hoy, es la manera más segura de cruzar nuestro país.
@contodoytriques
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