Los caradura en la política

Por razones de salud, este redactor tuvo necesidad de ausentarse un tiempo de las páginas de nuestra revista Partidero. Pero aquí andamos de nuevo, con la alegría y el interés de aportar algo a los sufridos lectores que nos dan seguimiento.

Por los días que corren hay abundancia de material para el análisis. Nuestros grillos andan desatados, buscando inclinar cada uno el fiel de la balanza del sufragio a su favor. Llevan agua a su molino, sin rubor alguno. Lo han hecho siempre y así hay que aguantarlos. Veamos algo de lo que se cocina.

Se estuvo ventilando hasta con acritud lo de la candidatura de Félix Salgado Macedonio, apodado como toro sin cerca. Pretendió colarse a la gubernatura del siempre conflictivo estado de Guerrero. Los señores del INE lo dejaron fuera de la competencia. Todo parece indicar que la sustituta va a ser su hija, lo cual dará pista a los guerrerenses que se manifiestan seguidores del defenestrado toro hacia dónde inclinar la intención de su voto.

El INE dio a Morena un segundo pajuelazo de este tipo en la persona de Raúl Morón, el candidato para el gobierno de Michoacán. No se veía tan complicado su caso, pero como apareció pegadito con el litigio de Salgado, aunque no se haya generado tanto escándalo, levantó ámpula parecida a la de su vecino guerrerense. De inmediato se aplicaron los morenos de Michoacán, para no perderse en alharacas de cuestionamientos y procesos jurídicos de impugnación, a sustituir a Morón. Entre el dirigente estatal y Morón trabaron un enroque en intercambio y se dispusieron a aprovechar el lapso recortado que aún les queda para hacer campaña.

Llevamos ya varias semanas enfrascados en otra escandalera de mayor envergadura. Por un lado se nos aparece la cara cínica o hipócrita de los personeros del INE, quienes no se cansan de llenarle el buche de piedritas al titular del poder ejecutivo, el famoso AMLO, que viene siendo el presidente de todos los mexicanos. No tiene terrón la mata y por eso no florea, decían los antiguos rancheros. Y lo decían bien. Porque a todas luces nos resulta obvio a los espectadores de esta lucha libre, sin límite de tiempo, que desde que AMLO llegó al puesto de jefe del ejecutivo, sus detractores han movido cuantas plazas han podido para hacerle perder los estribos.

Diríamos mal si diéramos por hecho que se trata de una confrontación de poder a poder. El INE es la instancia responsable de la realización de las elecciones en el país. Más atrás se llamó IFE. Desde su mismo origen arrancó baldada esta instancia. La intención de su fundación provino de una exigencia no más perentoria de todos los ciudadanos del país por acabar de raíz la mala práctica de los fraudes, los dedazos, la simulación en los sufragios, la suplantación de la voluntad popular, para trepar personajes a los puestos administrativos o del gobierno por los preferidos de los poderosos.

Se cantó en todos los foros que el remedio para los embelecos, que nos ahogaban, era la ciudadanización de tales tareas y procesos. Lo primero que se hizo, al momento de su nacimiento, fue repartir la cuota de personeros mediante arreglos partidistas. De siete, tres para el PRI, dos para el PAN, uno para el PRD y otro entre que autónomo e independiente, siempre con la bendición de tal arreglo cupular. Con tal pecado original salieron a escena. Así arrancaron, bajo el aplauso colectivo de estos negociadores, que le dieron al público a saborear atole con el dedo, una vez más. ¿Podemos acaso presumir de demócratas por lo hecho en los últimos 20 años?

Un escándalo muy vivo resulta ser lo del desafuero del gobernador panista de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de vaca. Como todavía no se ha pronunciado la última palabra sobre el tema, conviene señalar que sigue en el pandero. Ya veremos cómo concluya. Hay más puntos álgidos en el país. Son días electoreros y la mirada tiene demasiado material para entretenerse. Hay para dar y prestar, como se dice cuando la abundancia sorprende a más de alguno. Pasado el litigio de estos sufragios, los que nos cantan con la exageración de ser la elección más grande de todos los tiempos, las aguas retornarán a su cauce y volveremos a nuestras labores cotidianas, pandemia mediante desde luego, agregado inesperado pero presente.

Pero la caradura de la semana es la mamá del candidato del MC para Guadalajara, Pablo Lemus Navarro. La señora se llama Maya Navarro de Lemus. Tuvo la feliz ocurrencia de enviarle un tuit amenazante a nuestra compañera de trabajo, reportera de Partidero y también de Proceso, Gloria Reza. Va el texto, ‘respetando su sintaxis’ (es un decir):

En respuesta a @GloReza y @PabloLemusN Que tienes que sacar lo que escribo seudo periodista chayotera de Chairos que le tienen miedo y pavor a mí hijo. Te gustaría que te mandara a ti, a los policías y su equipo de campaña, que protegen a mi hijo, que golpearon en su evento de campaña en días pasados. Llamo y lo pido.

Con cierto esfuerzo gramatical se capta que la señora comunica una amenaza abierta. Sería bueno preguntarle si, con lo de chayotera, se refiera a la revista Proceso o a Partidero; o si nos pasa el rasero a ambas. Y eso de que le tengamos miedo y pavor a su hijo, habría que tomarlo con pincitas. ¿Es lo que nos espera como alcalde tapatío? Lucidos estaremos con semejantes próceres en los puestos administrativos, promovidos por el MC. Ya veremos.

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