Los primeros seis meses de Alfaro en el pantano

Puntos y Contrapuntos

Criterios

Con pasos de tortuga camina la justicia cuando no hay alguien que se esmere por apresurar sus pasos y sus acciones. Seis meses y contando. Hasta el momento ningún delincuente significativo de cuello blanco ha sido llevado ante la justicia por la actual administración estatal del emecista Enrique Alfaro Ramírez. Y los avances en el ámbito de la prevención del delito y del combate a la delincuencia común y organizada son magros.

Pese a que se han evidenciado graves irregularidades de funcionarios de la pasada administración del priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, el baldado brazo de la justicia no ha alcanzado a ningún presunto corrupto que haya sido detenido y puesto a disposición de algún juez que pudiera iniciarle proceso para hacerle pagar sus abusos, corruptelas o delitos, luego que ya se cumplió el primer semestre de la administración emecista.

Ustedes recordarán lo que Alfaro Ramírez dijo en su discurso de toma de posesión el 6 de diciembre de 2018: “En Jalisco no habrá ni acuerdo ni tregua con los delincuentes. Aquí no habrá ni acuerdo ni tregua con los delincuentes, aquí no habrá ni perdón ni olvido, porque la delincuencia ha lastimado profundamente a nuestra sociedad. Vamos a actuar sin miedo y con determinación. No creemos en las declaratorias de guerra que ya fracasaron en el pasado”.

Tres meses después, el miércoles 20 de marzo del 2019 habló sobre otro asunto que lastima a Jalisco y que lleva ritmo ascendente: “La lucha que tenemos enfrente, el desafío, nos va a llevar tiempo y, por supuesto, va a costar vidas en el camino, hay que entenderlo y asumirlo. El gobierno tiene que hacer su chamba”.

Comentó, sin ser preciso ni claro, que funcionarios de su gobierno han recibido amagos de la delincuencia, pero que no los han publicitado para no hacerles el juego a los criminales. No dijo quiénes han sido amenazados.

“No los vamos a estar publicitando; vamos a seguir en nuestra ruta. La lucha que tenemos enfrente, el desafío, nos va a llevar tiempo y, por supuesto, va a costar vidas en el camino, hay que entenderlo y asumirlo (…) El Gobierno de Jalisco entiende su responsabilidad, no protegemos delincuentes y esa nueva realidad seguirá generando sacudidas e intentos por doblar al gobierno, pero no lo vamos a permitir”, explicó Alfaro Ramírez.

Reiteró el mandatario: “Entendemos la fuerza que tienen estos grupos criminales, pero esa fuerza no es mayor que la fuerza que tiene el Estado mexicano”.

Seis meses después de asumir su cargo  dijo al periódico Milenio Jalisco: “El tema de desaparecidos me genera mucho dolor, porque simplemente imaginar lo que una madre puede sentir porque no sabe dónde está su hijo es algo que afecta mucho (…) El día que mataron aquí afuera de Casa Jalisco a Vanessa, fue un día difícil porque a veces la gente no se lo imagina, pero yo estaba aquí en mi oficina, lo único que escuchamos fue de repente un golpe muy fuerte y luego balazos y lo que pensé es que estaban entrando a la casa, por menos que quieras, pues sí, esta es mi oficina pero también es mi casa y está mi hija fue un susto enorme. Además, fue un episodio muy doloroso, recibí a la mamá de Vanessa, nunca lo platiqué, pero trato de no perder la cercanía (…) esa agenda (de desaparecidos y violencia) y la de la muerte de los policías ha sido lo más difícil y lo que más me ha pesado”.

Sobre el clima que encontró en Jalisco al asumir el poder clarificó: “Es mucho más complejo de lo que creí, yo creo que estamos en la ruta para recomponer las cosas, es difícil convencer a la gente de las que las cosas van mejor porque hay asuntos y escenarios de violencia que te hacen pensar que las cosas están más mal de lo que realmente están, tenemos seis meses de constante baja en los índices de delitos, de violencia, pero ese avancé todavía no se refleja en el ánimo de la gente y mientras eso no se logre, pues todavía no has cumplido” (Milenio, domingo 16 de junio del 2019).

 

LAS HUELLAS

Hay signos muy claros que ilustran la corrupción en Jalisco. Hay caminos que la actual administración tiene que recorrer si realmente quiere alcanzar a quienes defraudaron la confianza de la gente y pudieron haber sustraído, para provecho personal, bienes y dinero del gobierno, de los contribuyentes.

Durante 2013 “la ASF (Auditoría Superior de la Federación) implementó en Jalisco 22 auditorías (…) sobre una muestra de 23 mil 740 millones 31 mil 800 pesos, éstas dieron pie a 213 observaciones por malos manejos sobre 2 mil 158 millones 354 mil 100 pesos”, publicó el jueves 19 de febrero del 2015 el periódico Reporte Índigo, en nota elaborada por el reportero Luis Herrera.

La información reiteró hechos que han sido signo distintivo del desorden, la incuria e inclusive la presumible corrupción en Jalisco: “Otra vez hubo irregularidades serias en el Seguro Popular en Jalisco, el cual aparece bajo el nombre de: Recursos Federales Transferidos a través del Acuerdo de Coordinación Celebrado entre la Secretaría de Salud y la Entidad Federativa (…) Se hallaron irregularidades (por) casi mil 366 millones de pesos”.

El periódico La Jornada registró el miércoles 20 de marzo del 2019 que “el gobernador Enrique Alfaro dio a conocer que denunció ante la Fiscalía Anticorrupción al exsecretario de Salud (del gobierno de Jorge Aristóteles), Antonio Cruces Mada, por irregularidades que sumarían al menos 605 millones de pesos”.

El mandatario de Jalisco precisó: “Además, dijo, el excolaborador del mandatario priista Aristóteles Sandoval (2013-2018) debe aclarar anomalías en el uso de 6 mil 157 millones de pesos, señaladas por la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública, y otras por 790 millones de pesos relacionadas con obras inconclusas”.

Reporte Índigo les siguió la pista a las irregularidades perpetradas durante el gobierno de Jorge Aristóteles y el viernes 22 de febrero del 2019 reiteró: “Jalisco obtuvo un deshonroso tercer lugar nacional entre los estados del país con mayores anomalías financieras encontradas en el uso de los recursos federales que recibió en la cuenta pública 2017, esto de acuerdo con el Informe General Ejecutivo, recientemente publicado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF)”.

La publicación redondeó el dato: “Luego de la investigación se concluyó que, durante el mandato del exgobernador priista, Aristóteles Sandoval Díaz, Jalisco presentó irregularidades por 2 mil 816 millones de pesos sobre los fondos que le fueron transferidos del gasto federalizado (en 2017)”.

 

EL HONRADO

El primero de marzo del 2007, al asumir su mandato como gobernador, el panista Emilio González Márquez (2007-2013) dijo: “El trabajo de todo funcionario del Gobierno del Estado estará sujeto a una revisión objetiva, de cara a la sociedad; no venimos a robar, ni a descansar; no venimos por glorias humanas, ni tampoco para abusar del poder; hemos venido a trascender, empeñando nuestras vidas en el servicio a los jaliscienses”.

Conmovido, como con frecuencia se mostraba, agregó: “Se sabe que uno de los fines de la política es evitar el dolor evitable, es por ello que vale la pena el esfuerzo; por eso, los invito a que pensemos en grande; a construir un Jalisco sin hambre, a erradicar el analfabetismo; a eliminar la violencia intrafamiliar, a que las políticas de familia impregnen a la sociedad y al Gobierno, a que el acceso a la salud sea una realidad para todos; a que nuestras familias tengan vivienda digna”.

La realidad nos lleva por otros caminos, muy diferentes, con fondo dudoso, oscuro, pantanoso.

Luego de revisar el gasto realizado durante 2012 por el gobierno panista de González Márquez, el nuevo gobernador de Jalisco, el priista Jorge Aristóteles Sandoval, informó que se habían observado irregularidades por 7 mil 573 millones de pesos, publicó el viernes 21 de febrero del 2014, la revista especializada en negocios, Expansión-CNN.

Esos 7 mil 573 millones de pesos observados por la Contraloría de Jalisco, encabezada por Juan José Bañuelos Guardado, representaban casi un 10% del total del presupuesto aprobado por el Congreso de Jalisco para el año 2012, que ascendió a poco más de 74,549 millones de pesos.

Ese no fue un hecho aislado, pues el martes 17 de septiembre del 2013 el periódico Mural publicó que luego de revisar las cuentas públicas del gobierno de González Márquez, de 2007 a 2011, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó que el Ejecutivo estatal panista debería reintegrar a las arcas públicas más de 8 mil 200 millones de pesos que se gastaron de forma irregular.

El miércoles 18 de septiembre del 2013, Sandoval Díaz aclaró: “Tiene que haber responsables, y los responsables tendrán que pagar y, por supuesto, los gobiernos tienen que atender con responsabilidad las incompetencias, irresponsabilidades, omisiones de las anteriores administraciones, pero alguien tiene que pagar, alguien tiene que ser sancionado”.

Hasta la fecha nadie ha sido sancionado y muchos menos ha pagado sus culpas, con cárcel o devolviendo el dinero mal utilizado o robado.

 

EL CONMOVIDO

Cuando llegó al poder, como gobernador de Jalisco 2013-2018, el viernes 1 de marzo del 2013, Jorge Aristóteles pretendió ser elocuente y sensible: “Ha llegado el momento de devolverle al ciudadano la confianza y la tranquilidad en nuestro estado (…) formaremos instituciones de seguridad pública coordinadas y verdaderamente cercanas a la gente. Hoy sólo dos de cada 100 delitos reciben condena. Necesitamos un modelo de procuración de justicia eficiente, en el que la víctima de un delito no sea también víctima de un sistema anquilosado e indolente”.

Se refirió a los delincuentes de cuello blanco: “Daremos puntual seguimiento a los casos en los que se presuma abuso en el ejercicio de los recursos públicos o tráfico de influencias (…) El delito no nos ha arrebatado la dignidad. Nos trata de envolver en su pesadilla, pero no podrá robar nunca nuestros sueños y esperanzas”.

Seis años después, casi para bajar la cortina de su gobierno, Sandoval Díaz reconoció su fracaso.

“Vienen días complicados -afirmó-, no les miento, la ola de violencia no se va a terminar, lo que sí podemos y estamos obligados y lo que vamos a hacer es contener, dejar la piel en el esfuerzo, de impedir que esta crisis sacuda nuestra entidad. Sé que para ello cuento con el apoyo y el soporte de los buenos policías, de los buenos comandantes. No hemos logrado aislar a Jalisco de la crisis de violencia, los índices delictivos se han incrementado, algunos han ido a la baja, pero el residual es una crisis de seguridad que como sociedad nos deja absortos” (miércoles 7 de marzo del 2018, portal digital de W Radio en Guadalajara).

Los tres recientes gobiernos estatales empezaron igual. La pregunta, con respecto a la administración de Enrique Alfaro Ramírez es simple: ¿Terminará igual o escribirá una historia diferente?

Se requiere voluntad, honradez y valentía de bien, para resistir las presiones y las tentaciones de los corruptos y de la corrupción. Todos los que transitan por el pantano del poder terminan salpicados de lodo e inmundicias, en mayor o menor grado, por acción o por omisión en el cumplimiento de sus responsabilidades.

¿Tendrá el emecista un futuro diferente? Todavía tiene tiempo suficiente para definir el epílogo de su historia.

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