Tuvo razón el urbanista Jorge Fernández Acosta cuando le dijo a Pina Real que para mejorar la movilidad en la zona metropolitana tapatía se necesita un “ejercicio de gran calado de análisis” que incluya las rutas de camiones, Macrobús y Tren Eléctrico, cuyas líneas –incluida la inconclusa 4–, no han resuelto la movilidad “porque les interesa más el negocio que el servicio”. Por ejemplo, la L-2 se compone de trenes con dos vagones, mientras la L-1, la más saturada, alterna con dos y tres vagones aún en horas “pico” -nos consta a los usuarios, abordajes y salidas son a empujones. Eso sí, Siteur subsidia, sin razón, a dueños del Macrobús.