Las partíulas minúsculas (aerosoles) del Covid-19 pueden estar hasta tres horas en el aire en espacios cerrados según las condiciones de ventilación, humedad, luz solar y temperatura, por lo cual es importante usar cubrebocas, para reducir el riesgo de contagio.
Una persona con mascarilla normal puede reducir el riesgo de contagio por el nuevo coronavirus hasta un 80%, y la KN95 hasta 95%.
Lo anterior fue señalado por el estudio Transmisión del Virus Covid-19 por gotas y aerosoles, una revisión crítica, difundido por el centro Elsevier de investigación científica.
“La naturaleza agresiva de la enfermedad está directamente relacionada con los fenómenos de transporte de ambos, gotas y aerosoles, y la comprensión de tales es vital en el control de la propagación de la enfermedad dentro de espacios cerrados”, señala el análisis.
La semana pasada más de 500 instituciones, entre ellas organizaciones civiles, empresas, universidades, administraciones municipales del estado, grupos religiosos, partidos políticos, medios de comunicación, así como artistas y deportistas se unieron a la campaña “Estamos juntos y lo traemos bien puesto” para fomentar el uso del cubrebocas.
Dicha iniciativa tiene como disminuir los casos, salvar vidas, salir más rápido de la emergencia sanitaria y apoyar a la economía.
Un estudio publicado por Elsevier apunta el grado de contagio que pueden tener las personas en tres escenarios diferentes: avión, automóvil y hospitales. En ellos, el cubrebocas puede reducir entre 70% y 80% la posibilidad de infección.
Según el estudio, hay evidencia para mostrar un gran riesgo de Covid-19 en un avión cuando un paciente con síntomas o incluso asintomático está a bordo, además de otros aspectos como humedad y temperatura, lo cual favorece que el virus se mantenga durante largos periodos al interior de la cabina.
“En las cabinas de vuelo se espera que el chorro de tos liberado por una persona infectada por COVID-19 rompa el flujo de aire local y viaje tanto hacia adelante como hacia atrás en la proximidad del punto de salida”, indica el documento.
Tras analizar el contagio del virus en un automóvil, detectaron que el patrón de flujo es más alto cuando se conduce con el aire acondicionado encendido y las ventanas cerradas.
“En el escenario de aire acondicionado apagado y ventanas abiertas será mejor para controlar el virus del Covid-19”, establece.
El ambiente en la cabina se mejora más cuando el infectado usa un respirador KN95.
En un espacio cerrado, por ejemplo un centro de salud, el estudio dice que se debe implementar un adecuado manejo de la transmisión para controlar el inicio del contagio en el hospital donde el tipo de ventilación tiene un papel importante.
“El desafío que enfrentan muchos trabajadores de la salud en la lucha contra la enfermedad sería una tarea desalentadora a menos que se tomen las medidas físicas dentro de los entornos de atención médica”, concluye.
Con información de El Informador