Padilla vistió de gala antes de dispararse

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Juan Carlos G. Partida

Martes 11 de abril de 2023.- La noche del sábado 01 de abril de 2023, Raúl Padilla López, el hombre fuerte de la Universidad de Guadalajara desde 1989, salió de su casa en la calle Lagos de Moreno de la colonia Vallarta Poniente, en Guadalajara, con una maleta vacía.

Le dijo a su hija, con quien vivía, que saldría de viaje. Pero en lugar de eso, se encaminó a la casa oficina que tenía a espaldas de su residencia oficial, donde al llegar le dijo a su equipo de custodios que le llevaran el desayuno a las 10 de la mañana del domingo.

Según cuenta el círculo cercano a Padilla, el domingo tal como se lo habían indicado llegó a la casa de Padilla su jefe de seguridad, Panchito. Casi a esa misma hora Trino Padilla recibió un paquete con cuatro cartas firmadas por su hermano, una de ellas dirigida a él, otra al rector Ricardo Villanueva y las otras dos a su hija y a su pareja sentimental, más personales.

Cuando Panchito llamó a Trino tras ver lo ocurrido, este ya iba rumbo a la casa de su hermano alertado por el contenido de la misiva. Ahí ambos vieron la escena: Raúl muerto, con un disparo que se dio en la boca, junto a él una pistola calibre 38 y un mensaje póstumo al cual le tomaron fotografías antes de llamar a la Fiscalía del Estado.

Aquí hay varias versiones disímiles: que no durmió y se disparó a las 4.00 de la mañana, que no hay reportes de haber escuchado el disparo porque no era un calibre muy grande, que tomó un largo baño y luego se vistió de gala para matarse.

Lo cierto es que muy desmejorado como estaba luego varias cirugías y su convalecencia por años de males gastrointestinales que fueron mermando progresivamente su salud, Raúl ya no era el mismo desde que en febrero pasado tuvo que regresar de España a México casi de urgencia, para someterse a su tercera cirugía, delegando en Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro, la recepción en Málaga del Premio Escribidores a la Gestión Cultural otorgado por la Cátedra Vargas Llosa, en el marco del Festival Literario de América y Europa.

Luego de que sus colaboradores han ido atando cabos de su comportamiento en los meses recientes antes de suicidarse -porque eso fue lo que ocurrió, una muerte por mano propia según afirman autoridades estatales y universitarias- la decisión la tenía tomada al menos desde febrero y fue meditada, no producto de un arrebato de último momento.

Incansable, Padilla se reunía sin importar si era día festivo o fin de semana con sus colaboradores y, aunque solía escuchar a todos, era su palabra de forma sutil la que imperaba a final de cuentas.
Pero tras la nueva cirugía, en las reuniones fue evidente que “El Licenciado” se quedaba con la mirada fija en la nada, participaba escasamente, les pedía que ellos decidieran y aceptaba lo que le sugerían.

“Y es que él, los que lo conocimos a fondo que veíamos su ritmo de trabajo, sabemos que no podía concebir el retiro, no se imaginaba estar tampoco dependiente de otros por su enfermedad. Él quería irse como el hombre fuerte que siempre fue, como lo hizo y como finalmente lo está retratando la prensa”, dijo uno de los universitarios consultados.

La versión de sus amigos, colaboradores y operadores políticos, es coincidente: Raúl se vino abajo y se encontraba cansado de tratamientos médicos invasivos, que lo hacían sentirse deprimido y con secuelas físicas muy notorias, lo que sumado a su historia personal -su padre, Raúl Padilla Gutiérrez, se suicidó delante de él en 1972- hizo que tomara la decisión de quitarse la vida.

Cuando llegaron Panchito y Trino a la casa de Raúl Padilla, el ex rector tenía horas que se había quitado la vida. Las autoridades, primero la Fiscalía del Estado y luego el gobernador Enrique Alfaro, fueron los primeros en hacer pública la noticia, pasadas las 1 de la tarde del domingo.

El cuerpo fue entregado a sus deudos el lunes, casi 24 horas después de que personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses se llevó el cadáver para practicar la autopsia.

LAS CARTAS DE RAÚL
Aunque no ha trascendido el contenido del mensaje póstumo que Padilla dejó junto al arma de fuego con la que se disparó, la versión de que problemas de salud lo impulsaron a tomar la fatal decisión fue ratificada por el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva, quien el día del velorio evitó extenderse en detalles.
“Entiendo que lo que a él le preocupaba era un tema de salud. Una mente tan clara a lo mejor no iba a soportar no tener claridad en su mente y entiendo que esa es una de las razones más poderosas que pudo haber tenido. Pero era genio y figura y lo que tengo claro es que era un hombre que siempre sabía lo que quería hacer, no tenía dudas”, dijo Villanueva, a las afueras de la funeraria Gayosso donde fue velado el cuerpo.
-Entonces ¿fue por problemas de salud?-, se le insistió.
-Sí. Tenía algunos temas de salud que se estuvo atendiendo, sé que le preocupaban. Las últimas veces que platiqué con él evidentemente tenía un cansancio, pero yo no soy quien para interpretar a Raúl Padilla.

El contenido de las cartas de Padilla a sus familiares es muy personal, pero en las dirigidas tanto al rector Villanueva como a Trino, hay coincidencia en que sumado a su mal estado de salud, también tenía plena consciencia que la postura del gobernador Enrique Alfaro para estar de pleito con la UdeG se debía específicamente a él, a quien solía calificar de “mafioso disfrazado de promotor cultural”.

Por eso, de puño y letra escribió en las misivas: “Ya no les sirvo así, les ayudo más yéndome”.

¿BUSCANDO NUEVO ENEMIGO?
Ocho días después de la muerte de Padilla, el lunes 10 de abril, el gobernador Enrique Alfaro publicó en redes sociales una “carta abierta a la comunidad universitaria y a las y los jaliscienses”, en la cual dice tener disposición a retomar el diálogo con las autoridades universitarias pero insistiendo en que la casa de estudio “debe dejar de usarse como instrumento de presión política”.

“Dicho de otra manera, la formación de partidos políticos, la búsqueda de espacios de influencia en los poderes públicos y el uso de la comunidad universitaria para atender agendas particulares, NO (sic) pueden formar parte de sus funciones sustantivas”, asentó.
Sin mencionar por su nombre a Padilla López, con quien hasta 2021 Alfaro tenía una alianza política que databa de 2018 cuando ambos apoyaron la frustrada campaña presidencial de Ricardo Anaya y luego rompieron cuando el ex rector mandó fundar el partido local Hagamos, solo dijo que “a propósito de los recientes acontecimientos” se podía regresar a la mesa de diálogo.

En la carta Alfaro evitó dos veces nombrar a Padilla López y concluyó: “El gobierno de Jalisco está listo para que, en esta coyuntura, retomemos una relación constructiva de cara al futuro. Una relación basada en el respeto entre ambas instituciones y sustentada en el objetivo común”.

El rector Ricardo Villanueva envió la respuesta institucional, aunque en el círculo interno de dirigentes universitarios en su torno quedó la sensación de que la carta de Alfaro más que una invitación al diálogo, era una provocación en la que sería absurdo caer.

Bajo el mismo título que la del gobernador, Villanueva dijo que el diálogo es como un vaso con agua y por tanto “nunca se le debe negar a nadie” y que como rector su postura ha sido la de mantener “un diálogo franco, de cara a la sociedad”.
Los universitarios, la “mente colectiva” que por lo menos hasta ahora ha sustituido el liderazgo de Padilla haciendo equipo en torno al rector Villanueva, tienen la sensación de que el suicidio de su némesis dejó al gobernador sin un adversario político en una entidad que él domina en todas las esferas de poder público, estrategia que ha usado toda su carrera para ganar reflectores y por lo cual anda en busca de un nuevo contrincante, como dijeron es muy notorio en su carta, la cual también fue una descortesía porque la UdeG sigue en duelo.

“No vamos a ser su sparring, hace todavía poco más de una semana él decía que el lío con la universidad era el cacique, ahora que ya se murió le urge un nuevo enemigo y como no tiene oposición en Jalisco busca enganchar al rector Villanueva. Pero no le vamos a dar ese gusto”, dijo un miembro de la dirigencia en la UdeG.

El grupo universitario afirmó que aunque digan que habrá disputa interna por el poder, hoy la unidad es el factor más importante; “no nos hemos peleado ni nos vamos a pelear, tampoco van a rodar cabezas, por lo menos de las más importantes”.

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