Pensiones: buena medida que no pierde tintes electorales

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La iniciativa de reforma al sistema de pensiones y afores plantea un escenario bipolar de la autonombrada Cuarta Transformación o 4T, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que  por un lado es un beneficio a destiempo para el empresariado y, por otro, representa una buena medida para la clase trabajadora, sin perder por esto sus tintes electorales.

También, otras aristas del proyecto legal pareciera ser un enorme paso a los trabajadores en su camino a una pensión con menos semanas cotizadas ante el Seguro Social, por otro lado beneficia a las administradores de los fondos de los retiros en las afores, que seguirán siendo de las más caras a nivel mundial.

En la actualidad, los activos en posesión de las afores ascienden a 4 billones 300 mil millones de pesos, cifra que se incrementan día con día, de tal suerte que los empresarios que las operan y administran no sufrirían pérdidas considerables, porque aún con una reducción de sus comisiones, éstas no se equiparan con el panorama internacional.

En ese sentido, la reforma de pensiones no reduce considerablemente el costo de afore para cada mexicano, con todo y que el número de semanas trabajadas ─por consiguiente de años─ será menor para que los trabajadores, ya con el pago de las comisiones, tendrá un efecto en el monto final de retiro a la hora de la jubilación.

En el sentido electoral de este proyecto de reforma, la posible aprobación de la misma evidentemente generaría a la actual administración y a sus candidatos para el proceso electoral del 2021 una ventaja en cuanto al acercamiento de las necesidades concretas a sus posibles votantes, más allá de que se cumplan o no: finalmente es política, prometer no empobrece.

Para los empresarios y grupos opositores al presidente, llevar la carga del incremento de la aportación patronal para que disminuya el periodo de trabajo y jubilación, es en principio incómodo y en segundo lugar un momento inoportuno por el contexto en el que nos encontramos por las contingencias sanitaria y económica.

A esto se suma que muchos pequeños y medianos empresarios apenas definirán continuar o no en el camino, o bien desistir, incluso antes de que este proyecto de reforma se apruebe.

De no lograrse el acuerdo legislativo, también la 4T saca renta, pues podrá argumentar que se protegió de más a los empresarios y se desechó este beneficio para millones de mexicanos quienes hoy día aspiran a muy poco, por no decir casi nada, con respecto a un digno y útil fondo de retiro o pensión.

Con reserva del caso y de la iniciativa, el movimiento de la 4T a todas luces busca beneficios a todos los involucrados, una acción de aparente buen gobierno en el que iniciativa privada, sociedad, y electores obtengan dividendos: un equilibrio inusual.

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