El Rincón de Clío
Criterios
La Cámara de Diputados aprobó la madrugada del viernes, con 321 votos en favor (de Morena, PES, PT y PVEM), 78 en contra (del PRI y MC), y cero abstenciones, un gasto público para 2020 de 6 billones 100 mil millones de pesos. El mayor presupuesto de la historia de México.
Dos cosas llaman la atención, por un lado, el monto para programas sociales, combate a la pobreza, apoyo al campo, educación; y por otro, los recortes a diversos sectores y organismos autónomos. Veamos primero los recortes.
Las tijeras se dejaron sentir en la Fiscalía General de la República, el Instituto Nacional Electoral, las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina. Además, se disminuyó en 500 millones el pago del IPAB, gracias a la reducción de las tasas de interés de Banco de México; al Poder Judicial se le aplicará una disminución de mil 327 millones; a la Comisión Nacional de Derechos Humanos se le reducirán 37 millones de pesos; al Instituto Federal de Telecomunicaciones le reducirán 188 millones; y al Tribunal de Justicia Administrativa, 308 millones (La Jornada, 22 de noviembre de 2019).
En contraste, las asignaciones se incrementaron para la Financiera Nacional Agropecuaria; el Fondo Regional y pueblos indígenas; las normales rurales y urbanas mediante el programa de Fortalecimiento a la Excelencia Educativa; la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero; las pensiones para adultos mayores y para personas con discapacidad permanente; el programa Sembrando Vida, así como a Seguridad Pública y la Guardia Nacional.
Las reacciones al presupuesto dibujan las prioridades que tiene la clase política para el uso de los recursos, así como el proyecto de nación que contemplan. Mientras los diputados del PAN y PRI se quejaron amargamente de la reducción de dinero a los organismos autónomos porque piensan que al gobierno de Andrés Manuel López Obrador les resultan incómodos, los diputados de Morena y el presidente de la República defendieron esa reducción justificando que los recursos sustraídos a las áreas arriba mencionadas, serían canalizados a fortalecer los programas sociales con la finalidad de reducir la brecha existente entre quienes más dinero tienen y menos recursos perciben.
Sin duda, la mejor manera de utilizar los recursos generados por todos los mexicanos es en la construcción y puesta en marcha de políticas y programas sociales que potencien la reducción de la histórica brecha existente entre los ciudadanos de este país. Si el objetivo que todos tenemos es construir una nación con paz social, mayores niveles de educación, mayor democracia, un reparto equitativo de las riquezas y las oportunidades, y terminar con una clase política que ha vivido a expensas del recurso público, no debemos darle más vueltas: el presupuesto de la federación debe tener un rostro social, esa y no otra, es la estrategia para salir adelante.
@contodoytriques/ Profesor de Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara.