Reglas del juego después de la pandemia

El Covid-19 sugiere cambio al paradigma actual del deporte internacional.      pandemia

En plena crisis mundial por el nuevo coronavirus (Covid-19), la realidad de los eventos deportivos y sus protagonistas se asoma entre la filantropía y el surrealismo económico debido a la disparidad entre el orbe de dichas justas y la población en general.

Del más alto y crudo surrealismo de Hollywood aparecen las paradojas de la vida y sus ironías entre los integrantes del mundo deportivo. quienes son como los grandes titanes de la mitología griega y el resto de los mortales.

Hace poco más de una semana, el estratega del Manchester City, Josep Guardiola. donó un millón de euros para ayudar a hospitales a trabajar en contra de los efectos de la pandemia en Cataluña. Esto días después de que su madre, de 82 años, pereciera tras una cruenta lucha ante la enfermedad provocada por el virus.

Tmabién, en medio de la crisis sanitaria en Europa, el futbolista portugués Cristiano Ronaldo rebasó la cifra del billón de dólares en ganancias, siendo el primer jugador de la historia que lo consigue. A la par, trabajadoras de limpieza al interior de hospitales en algunas naciones del viejo continente perciben un salario de cuatro euros al día por realizar tan compleja labor.

Un seguro ante pandemias permitió a Wimbledon, el torneo Major de tenis del Reino Unido, cobrar una prima de 114 millones de euros (unos 100 millones de libras esterlinas) ante la cancelación del evento.

Quizá este Covid-19 nos debería ayudar a replantear si los dineros que generan las organizaciones y eventos deportivos y del mundo del espectáculo deberían ser ajustados, a fin de que como ha ocurrido ya, jugadores y clubes en general donen, como lo han hecho, cantidades de dinero y recursos a los más vulnerables.

Quizá sea tiempo de verles como el gran ciudadano socialmente responsable por condición fiscal, para que parte de sus ganancias atienda problemas de salud como esta pandemia u otros del orden cotidiano.

Si regresamos a la normalidad y este tipo de acciones no se logran consolidarse de manera puntual y fija, entonces poco o casi nada nos habrá mostrado el virus, y seguiremos infectados de otra pandemia más brutal que el coronavirus: el de la desigualdad, la marginación y el desinterés.

Lo anterior mientras otros males como la hambruna, la desnutrición y la pobreza siguen ahí sin fecha de exterminio.

Piense usted si el mismo Pep Guardiola no donaría otro millón de dólares con el fin de abrazar a su madre nuevamente.

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