“Te vamos a encontrar, mi amor, espérame un poco más”

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“Te vamos a encontrar mi amor, espérame un poco más”. Esas fueron las palabras que la activista Aranza Ramos dejó escritas en su última en Facebook, realizada el pasado jueves 15 de julio. Horas después fue asesinada en la comunidad de Ortiz, en Guaymas, Sonora.

Ella era parte del colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora, al que se unió tras la desaparición de su esposo Brayan Omar Celaya Alvarado, el 6 de diciembre de 2020. Hasta el último minuto de su actividad pública no paró su búsqueda. “Sólo quiero poder tener una poco de paz, ya son 7 meses 8 días sin saber de él y ya no creo poder continuar más”, escribió en la red social el jueves por la tarde.

“Familia y amigos, me pueden ayudar a compartir una vez mas la imagen de Brayan así como también les pido que lo mantengan en sus oraciones , se los agradezco con el corazón! Muchas muchas gracias!! TE VAMOS A ENCONTRAR MI AMOR, ESPERAME UN POCO MAS!! POR FAVOR SI TU SABES DONDE ESTA HAZMELO SABER! SOLO QUIERO PODER TENER UNA POCA DE PAZ ? YA SON 7 MESES 8 DIAS SIN SABER DE EL Y YA NO CREO PODER CONTINUAR MAS (sic)”, abundó en su perfil de Facebook.

Esa fue su última publicación, horas más tarde, alrededor de las 23:00 horas del jueves 15 de julio, hombres armados entraron a su vivienda y se la llevaron a la fuerza. Asesinaron a Aranza, de 28 años, a unos pasos de su casa.

Sus compañeras de búsqueda, las Madres Buscadoras de Sonora, señalaron que la víctima “sólo buscaba paz y darle un lugar digno al padre de su hija, era una gran persona que su único pecado fue amar con toda su alma a su esposo, al cual buscaba incansablemente desde que desapareció”.

Desafortunadamente el caso de Aranza no es aislado, y son ya varios familiares de víctimas de desapariciones que son asesinados después de que emprenden su búsqueda y denuncian públicamente los hechos de la desaparición. En todo México, el riesgo que viven las personas defensoras de derechos humanos que realizan acciones de búsqueda es permanente.

El caso emblemático de Miriam Rodríguez, la madre tamaulipeca que no descansò hasta encontrar a los asesinos de su hija y que ahora se recoge su historia en la película La Civil, recientemente presentada en el festival de Cannes en Francia.

La película está basada en la historia real de Miriam Rodríguez Martínez, quien fue asesinada a tiros afuera de su casa luego de que investigó, persiguió, encontró y amenazó a los secuestradores y asesinos de su hija.

En la vida real, Karen Alejandra Salinas Rodríguez desapareció a los 16 años, en enero de 2014, en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, donde vivía. Ella se encontraba a bordo de su vehículo cuando varios sujetos le bloquearon el paso y se la llevaron secuestrada. Posteriormente y después de cobrar varios rescates a cambio de su libertad, Karen fue asesinada.

Su madre, Miriam Rodríguez, se dedicó a solo un objetivo: encontrar a los asesinos de su hija y llevarlos, uno a uno, tras las rejas. Desde 2014, Miriam rastreó a los responsables del secuestro y asesinato de su hija. La mitad de ellos ya estaban en la cárcel, no porque las autoridades hubieran hecho su trabajo sino porque ella los siguió por su cuenta.

Miriam se hizo pasar por encuestadora, trabajadora de salud y funcionaria electoral para conseguir los nombres y direcciones. Inventó excusas para conocer a sus familias. Se relacionó con las abuelas y los primos que, sin saber, le daban los más mínimos detalles de los asesinos de Karen.

Miriam capturó a casi todos los que habían secuestrado a su hija para pedir rescate. Uno por uno conoció sus hábitos, sus amigos, sus ciudades de origen, su niñez. Por ejemplo, sabía que antes de unirse al cártel de Los Zetas e involucrarse en el secuestro de su hija, uno de los involucrados había vendido flores en la calle. Cuando fue por él, había vuelto a ese oficio. Lo atrapó en el paso fronterizo y fue arrestado.

En tres años, Miriam capturó a casi todos los que habían secuestrado a su hija para pedir rescate. En marzo de 2017, más de 20 presos se escaparon del penal en Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde estaban los asesinos de Karen. Tres de ellos acudieron al domicilio de Miriam para asesinarla el 10 de mayo de 2017, en pleno Día de las Madre. Hoy, las causas de Miriam y de Aranza nos unen en la tristeza, la rabia y la indignación.

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