Tenía que ser en San Francisco

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El Rincón de Clío

Criterios

 

Una de las estrategias menos cuidadas y peor ejecutadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene que ver con la política migratoria. Si bien se canceló el Plan Frontera Sur, puesto en marcha por Enrique Peña Nieto para militarizar la estrategia frente al tránsito de centroamericanos por nuestro país, en el resto de los escenarios la nueva administración se ha mostrado errática y complaciente a las exigencias y presiones del presidente estadunidense.

Uno de los casos de mayor injerencia y determinación de nuestra política migratoria por parte de los departamentos de Estado y de Seguridad Interior ha sido la decisión unilateral de que sea nuestro país quien reciba a las personas migrantes de Centroamérica en tanto obtienen una respuesta a su petición de asilo en la Unión Americana.

Sin chistar, la presidencia de López Obrador aceptó a pie juntillas la orden de la Casa Blanca. El gobierno de la República ni siquiera ha sido capaz de manifestar públicamente su posición frente a la orden de Washington. Incluso ha trascendido que en la cena realizada entre el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, y el presidente de México, el norteamericano le habría recordado a López Obrador el disgusto del jefe de la oficina oval porque México no contienen la migración centroamericana al sur de nuestro país.

Así las cosas, mientras el gobierno mexicano guarda silencio y obedece, el juez Richard Seeborg, del distrito Norte de California, con sede en San Francisco, dictó este lunes una orden cautelar que impide al gobierno de Estados Unidos regresar a nuestro país a quienes están en espera de recibir asilo en el vecino del norte. La orden entrará en vigor el próximo viernes. Desde luego, la Casa Blanca podría inconformarse con la decisión y hacer que el juicio continúe.

En lo que va de 2019, las autoridades fronterizas han dado entrada a las peticiones de asilo de centroamericanos con la condición de regresarlos a México a esperar que llegue su respuesta. Esta situación ha afectado a cerca de 400 personas. Ante ello, el juez de San Francisco, fue contundente: “esa práctica debe parar” (La Opinión, 9 de abril de 2019).

Como desde hace muchos años, es el gobierno de Estados Unidos quien pone en marcha diversas estrategias, leyes, programas para atender el fenómeno migratorio. Es cierto que la mayoría de ellas no resultan favorables a las personas migrantes, sin embargo, desde la lógica estadunidense se busca no dejar al garete la migración.

Podemos estar de acuerdo o no con la política migratoria de la Unión Americana, pero lo que no podemos negar es que si existe. Contrario a ello, en México y Centroamérica experimentamos una permanente desatención al fenómeno migratorio y, sobre todo, a las causas que lo generan, con lo cual todas las personas inmiscuidas en la huida permanente para buscar un espacio donde vivir sufren el abandono sistemático por parte de las autoridades locales.

Por lo pronto, el fallo del juez de California significa que ninguna persona migrante en espera de obtener asilo en Estados Unidos podrá ser eviada a México. El gobierno de López Obrador ha sido salvado por la campana, pero en algún momento la campana dejará de sonar.

 

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