AMLO se comprometió a transformar el país y lo dividió entre los suyos y los contrarios. El Congreso y Sheinbaum lo replican al pie de la letra en “segundo piso”. Enrique Alfaro, tan parecido a aquel y tan encontrado, prometió refundar Jalisco y no supo lo que dijo, pero sí creció enorme la deuda pública, aumentó la inseguridad y trabajó para los suyos. Pablo Lemus, el sucesor hará lo propio, pero a diferencia de su antecesor, se apegará a los designios centralistas por mera conveniencia. Veremos.