Tres latinoamericanos en el cielo

Tres latinoamericanos en el cielo

Josefina Reyes Quintanar

Existe la creencia popular de la muerte de 3, fenómeno en el que famosos suelen morir en grupo de tres en un corto periodo de tiempo; un vínculo de muertes sin una conexión aparente. Por supuesto que no existe base científica para ello, es la simple apofenia humana. Habrá quienes piensen una explicación mística a este suceso dándole al número un poder sobrenatural, aunque sabemos que simplemente se trata de una serie de coincidencias.

Partiendo de esta creencia, hace poco más de un mes que pasó a otro plano el nobel peruano Mario Vargas Llosa, dejando un abundante legado literario con 20 novelas, 14 libros de ensayo, 10 obras teatrales, un libro de cuentos y demás recopilaciones, crónicas y escritos sueltos. Fue parte del boom latinoamericano, que en la segunda mitad del siglo XX fue fenómeno mundial.

Pasados menos de 10 días, muere el papa Francisco, el pasado 21 de abril. El argentino Mario Bergoglio fue el 266° papa de la iglesia católica. Fue el primer papa no europeo desde el 741, y el primer americano en llegar a ese nivel en la jerarquía católica, además de ser el único de origen jesuita en dicho puesto. Su principal característica fue la humildad, viviendo como pregonaba su sencillez. Luchó por la justicia social, dio un mejor trato a la población LGBT, apoyó la inclusión de las mujeres en la Iglesia y abogó por acciones contra el calentamiento global.

Y, por último, para completar nuestra tercia, la partida de José Mujica, el expresidente uruguayo; justo un mes después de Vargas Llosa. Mujica tenía tremendo discurso, uniendo política con filosofía siempre tuvo el don de la palabra, movía voluntades y unía generaciones siempre coordinando sus palabras desde la razón y el corazón, enseñando con el ejemplo de la coherencia entre lo pregonado y lo vivido. El origen de su pensar pudo ser su misantropía después de 14 años preso bajo condiciones inhumanas, aprendió a dialogar primero consigo mismo bajo esas condiciones.

Otras coincidencias: la cuna de nuestra tercia, todos ellos de origen sudamericano; y una más Mujica y Vargas mueren a los 89 años, Bergoglio casi los alcanza, a los 88. Vargas Llosa y el papa Francisco nacieron en 1936, y, por si fuera poco, fueron tocayos. Ya que a los humanos nos encanta imaginar y crear escenarios que no existen racionalmente ¿Qué pasaría si existiese el cielo? Que tal que sea cierto aquello de “Si te portas bien, diosito te acogerá en sus brazos y gozarás del reino de los cielos” Quizá estos tres ya se encuentran ahí, juntos.

Tal vez Bergoglio y Mujica han retomado sus conversaciones. Aún y cuando Pepe se declaró como “no creyente” visitó en vida al papa Francisco en dos ocasiones, una en 2013 y la otra en 2015, la primera como presidente y la segunda ya como senador del Uruguay. Hubo un tercer encuentro, aunque muy breve, en 2016. Ambos personajes se admiraban mutuamente, Francisco reconocía en Mujica a un hombre sabio, y Pepe, alababa el proceder del papa, recordando lo que el papa le dijo cuando se conocieron “Usted comprenderá que esta es la monarquía más vieja del mundo y que cambiar esto no es fácil”. El estoicismo de uno y el cristianismo del otro, les dará para muchas tertulias

Vargas Llosa, creo que anda buscando a García Márquez, con el fin de limar asperezas. Tuvo muchos años para reflexionar sobre aquel 12 de febrero en 1976 en ciudad de México, en que propinó tremendo puñetazo a su antes amigo Gabo, lo cual marcó el fin de una amistad de más de diez años. Ambos se encontraban en el vestíbulo de Bellas Artes para una proyección privada de la película Los Supervivientes de los Andes. Al parecer todo debido a un lío de faldas, aunque también la política erosionó su relación, por el caso del poeta cubano Heberto Padilla. El hecho es que ninguno aclaró públicamente lo ocurrido. Nunca volvieron a hablarse. Ojalá que ambos estén riendo sobre este incidente allá arriba después de un abrazo.

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