Guadalajara, Jalisco.-El miércoles primero de abril, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, estableció un plazo de 24 horas para que las actividades económicas no esenciales se detuvieran por completo. Esto ante la declaratoria de emergencia por la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19). empresas
No obstante, la lista suspensoria, difundida a nivel local por la Coordinación General de Crecimiento y Desarrollo Económico, implica que alrededor del 36% de las unidades empresariales de Jalisco puedan esquivar la medida, misma que busca evitar el desplazamiento e interacción de personas, evitando así la propagación del virus.
De acuerdo con un comunicado emitido por la citada Coordinación, las actividades consideradas como esenciales incluyen los “productos médicos, industriales, agroindustriales”, además de aquellas que “logren demostrar que son necesarias para las cadenas de producción esenciales”, o “cualquiera que provea a actividades esenciales o cuya suspensión tenga efectos irreversibles”. Esto incluiría todas las fábricas que suministran ferreterías, por ejemplo, y se teme que también se extienda la tolerancia a todas las empresas que utilicen contratos como argumento sobre presuntos efectos irreversibles.
Según el Directorio Único de Unidades Empresariales del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, las actividades agroindustriales, la producción de energía, agua y gas, la construcción ─que se establece de manera ambigua en la lista de actividades esenciales─ y la industria manufacturera representan al 10.5% de las unidades empresariales. El comercio al por menor, también incluido en la lista de actividades esenciales representa el 26%. Los servicios de preparación de comida, que se quedarían abiertos si tienen servicio a domicilio, representan un 11.7% adicional. Es decir, en el peor caso, la lista de actividades esenciales podría incluir más de un tercio de las unidades empresariales de la entidad.
Un ejemplo es el Grupo Recal, empresa dedicada a la construcción en el extranjero, con más de 2 mil trabajadores, según fuentes internas, que se ha negado a suspender sus actividades. Existen testimonios de que, incluso con síntomas de enfermedad, los trabajadores tienen que insistir en que se les deje volver a casa, y aun cuando se les ha permitido el aislamiento, se hace como “vacación”, sin salario. Un texto de denuncia publicado en La Izquierda detalla los reclamos de los trabajadores de Recal:
“Los trabajadores denunciamos que a la empresa le interesa más no quedar mal con los clientes que nuestra vida y la de nuestras familias, tenemos hijos, padres mayores de edad, esposas embarazadas, familiares propensos a que el virus los afecte gravemente y eso parece no ser suficiente para cerrar la planta.”
[…]
“No nos negamos a trabajar, nunca lo hemos hecho pero vivir en la incertidumbre, arriesgándonos al contagio y después llevarlo a nuestras casas no me parece que sea justo ni necesario, muchos no entendemos porqué la empresa sigue laborando si no es esencial construir edificios en Estados Unidos, ni plazas comerciales, ni fábricas.”
[…]
“La empresa ya tendría que estar parada y nosotros no podemos pedir menos que salarios al 100% con respeto de todas nuestras presentaciones, hemos sido los trabajadores los que por años con nuestro esfuerzo hicimos crecer a Corey, hoy merecemos que se nos garantice nuestra salud y la de nuestras familias, de cualquier manera cuando pase la crisis, seremos nuevamente nosotros quienes levantemos a la empresa.”
Buena parte de sus trabajadores solamente administra construcciones en el extranjero. Por este motivo, los obreros de la empresa han solicitado licencias a todos con el pago del completo de sus salarios hasta el 30 de abril y no únicamente vacaciones, como lo hizo el grupo Alsea el mes pasado.
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