Venden de manera fraudulenta dos fincas de un juicio sucesorio

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Guadalajara, Jalisco.-La familia Fernández Acosta tuvo por fin la la posibilidad de poner en orden el juicio sucesorio intestamentario iniciado en Guadalajara en 2007; sin embargo, y para su sorpresa, encontraron que dos fincas de la herencia ya habían sido adquiridas de manera fraudulenta por una persona que sí existe y que es desconocida para ellos.

El arquitecto Jorge Fernández Acosta narra para este medio de comunicación que estaban a la espera de la liberación de las escrituras elaboradas en 2007, pero que no se habían recogido por falta de recursos económicos.

El año pasado terminó de pagar sus honorarios al notario número 6 de Guadalajara, Juan Lomelí, a quien visitó en su despacho en noviembre de 2018. El notario le dijo que no encontraba las escrituras, pero que le daría una copia certificada. “Las empezó a leer, y ante su sorpresa y la mía, ahí decía que ya estaban vendidas  (dos fincas) desde el 2008”.

Ese año, según la escritura fraudulenta, comparecieron para vender las propiedades la madre del arquitecto y una tía, señalada como viuda. “¡Increíble!, mi tía nunca se casó y murió en 1999, hace 20 años”, aclara.

José Luis Flores Aldave, de 56 años de edad, es el supuesto comprador. Dice el arquitecto Fernández Acosta que “también hay otra notaría involucrada, la 22 de Zapopan. Se trata del licenciado Alejandro Moreno Pérez”.

En las escrituras se señala que el notario Moreno Pérez avaló y certificó que comparecieron ante él dos tíos y la mamá del arquitecto.

“Yo hablé con el notario 22 y me dijo que a él le habían falsificado su firma, su sello y su papelería membretada, lo cual es muy sorprendente. Lo que nos da cierta tranquilidad es que el notario me entregó una copia simple de la denuncia que él presentó ante el ministerio público por falsificación de documentos”.

El notario Moreno Pérez le expresó a Fernández Acosta que no es el único caso en el que se ha visto involucrado, y que puede haber otros notarios en la misma circunstancia.

–¿Los notarios 6 y 22 se conocen y ambos aseguran que no participaron en el fraude?

–Sí, eso es lo que dicen los dos. Hay una situación con Juan Lomelí; estuvimos con él en noviembre, creíamos que todo estaba en orden, pero vi que la boleta registral de las escrituras de 2008 apenas se hicieron en noviembre de 2018, lo cual es muy sorprendente. Quién aguanta 10 años para hacer ese movimiento, y quién le informa a la persona que compra para que hiciera los pagos correspondientes y registros. Hay mucha sospecha.

La calle Volcán Boquerón 1220  es el domicilio que ofrece el supuesto comprador en las escrituras falsas.

“Fui a ese domicilio, me abre la puerta una persona de edad avanzada, como de unos 75 años, y al preguntarle por José Luis la vi verdadera y auténticamente compungida. Me dice que sí vivía ahí, pero que desde hace 10 años no saben de él. Es decir, los diez años del fraude”.

La familia Fernández Acosta inició los juicios correspondientes; incluso, no descarta proceder en contra de quien resulte responsable en el Registro Público de la Propiedad, “porque a final de cuentas son los responsables de verificar la autenticidad de sellos y firmas de los notarios”.

Una de las propiedades la habita una tía del arquitecto y la otra se encuentra sola.

-¿El falso comprador no se ha adueñado de ellas?

-No, eso también es muy extraño.

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