Felipe Cobián Rosales
Aunque la promesa de Andrés Manuel López Obrador en la reunión del lunes 27 con la Conago (Confederación Nacional de Gobernadores) es que, sus delegados estatales “actuarán con respeto a la soberanía”, persiste la duda de si cumplirán porque al manejar tantos miles de millones de pesos del presupuesto federal, claro que les entrará la avaricia por el poder político. Quizás hasta por el dinero.
Una cosa trae aparejada la otra, y tanto más cuanto son puros políticos los designados –todos militantes de Morena–, y varios, exaspirantes perdedores a gubernaturas.
Por tanto, es fácil deducir que tanta será la tentación cuanta más sea la cantidad de dinero que manejen. Ya lo aseveró el presidente electo: los delegados administrarán los presupuestos que antes manejaban todas las delegaciones federales, una o más por cada secretaría. En no pocos casos, esos recursos sobrepasan, en conjunto, los generados para sí por cada estado.
Si esa no es hoy una gran tentación de obtener poder, y hasta recursos extras para sí en un político –como ya lo señalé en otra ocasión–, no sé cuándo. Ángeles no son.
Recordemos que la intención del electo, quien, por cierto opacó totalmente a Peña Nieto desde el día de la elección, parece buena y, como él mismo lo expresó, es para evitar “los moches, o sobornos, del 10% al 20% que reciben” los gobernadores por licitación de obra pública o contratos diversos.
López Obrador cree que todos los suyos son impolutos. Ha repetido hasta el cansancio que ellos son honestos. ¿Confía a ciegas que sus gentes no fallarán ni tomarán dinero ajeno y no se comprometerán en actos de corrupción? Recuérdese que a su lado están personajes como Napoleón Gómez Urrutia, Elba Esther Gordillo, Layda Sansores, Bejarano y muchos otros de quienes, al menos, hay dudas como Ebrard que no rindió cuentas de la Línea 12 del Metro o Claudia Sheinbaum de su responsabilidad en el desastre del terremoto en Tlalpan, el exdelegado de Álvaro Obregón quien será diputado federal…
Volvamos sobre el tema de los delegados estatales que de hecho le quitarán, al menos, la mitad de los reflectores a los gobernadores en turno por el hecho de las millonadas que podrán repartir como les parezca. Como van las cosas, acudirán ane ellos presidentes municipales, diputados e influyentes para que financie tal o cual proyecto.
Obrador ha dicho que nbo estarán sobre los mandatarios estatales. Sin embargo, ¿estarán a la par y cogobernarán de facto?
De esta manera –ya lo hemos dicho y lo repetimos, el mandatario estatal irá quedando al margen; tanto más cuanto el presupuesto dependa del centro. Para sobrevivir, hay entidades que sin las participaciones federales estarían en la inanición.
Según el presidente de la Conago, Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas por el partido Verde, ningún gobernador se opone a la designación de delegados estatales.
Eso dice porque en tal reunión nadie se atrevió a cuestionar la decisión pre-presidencial. Aparentemente ni Enrique Alfaro quien, ha sido el único que protestó y demandó diálogo directo con con López Obrador. El electo por Jalisco hadicho que aquí no habrá autoridades intermedias porque se vulneran los principios constitucionales y lastiman el pacto federal. Si en esta ocasión nada externó, o no ha trascendió, fue por prudencia –que no siempre le acompaña–. Fue de invitado.
Velasco Coello, incondicional de AMLO, interpretó el silencio de los presentes como aceptación, aunque sabemos que los hay de oposición, o quienes lo serán pronto, que prefiren callar, bien porque ya se van –como Jorge Aristóteles–. Otros, por simple comodidad. No quieren echarse encima el lopezobradorismo. Se alinearon por la supuesta izquierda.
Todo parece encaminarse, a no quitar “la hegemonía neoliberal” y a “mantener un regimen presidencialista y centralista sin contrapeso institucional” como lo señaló Cuauhtémoc Cárdenas.