Ambiente preelectoral caliente

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Felipe Cobián R.
En Jalisco, como en gran parte del país, el ambiente está muy caldeado. Y no me refiero sólo a la temperatura promedio de estos días caniculares –aunque no lo sean aquí propiamente– sino por las situaciones que se viven; por un lado, por la incertidumbre electoral y, por el otro, la tensión ocasionada por la inseguridad y la violencia.
Ayer lunes, en Ciudad Guzmán, una marcha por los desaparecidos que se promovió fuera en paz, se convirtió en un campo de batalla entre elementos de la Secretaría de Marina y manifestantes que habrían sido infiltrados.
Hoy martes, a eso de las 7:30 horas, en Encarnación de Díaz, se armó una batalla entre presuntos integrantes de una banda del crimen organizado y policías rurales estatales que patrullaban la zona. El saldo, siete personas muertas, todas del lado civil.
Por lo que toca a la cabecera municipal de la antigua Zapotlán El Grande, todo empezó con una convocatoria que no se sabe con exactitud quién la lanzó. Algunos parientes de desaparecidos expresaron que recibieron la invitación por watsapp sin saber quién escribió el mensaje.
El caso es que familiares de desaparecidos, tanto de Ciudad Guzmán como de Tuxpan y otros lugares, acudieron a manifestarse con la confianza de que algún día, por la presión ciudadana, aparezcan sus hijos, hermanos, nietos que, en algunos casos fueron obra de uniformados, acusan.
La esperanza muere al último.
Todas las personas, alrededor de unas cien incluidos niños, caminaban serenamente por una de las principales avenidas en dirección al jardín central. Eran ya cerca de las cinco de la tarde. No obstante, al encontrarse con una camioneta de la Marina, varios jóvenes colocaron carteles en la misma y empezaron a agredir a los elementos que en ella se encontraban. Golpearon la unidad y, con spray, pintaron las letras del CJNG.
Llegaron policías municipales a rescatarlos. Luego vendrían más marinos al auxilio de sus compañeros. Todos ellos fueron agredidos con palos, botellas y piedras. Llegaron refuerzos marinos y dispararon al aire.
El resultado de la trifulca, al menos un militar herido y dos del lado de los agresores.
Las familias que fueron a la manifestación de buena fe, se retiraron al iniciar el zafarrancho y hablaron de jovenzuelos infiltrados “para que se vaya la Marina”. Demandas similares han ocurrido ya en otras poblaciones de Jalisco, pero ninguna había sido violenta como ahora.
Tras esto, y posiblemente por la balacera la mañana de este martes en La Chona, habrían llegado refuerzos por la vía aérea.
Videos y fotografías sobre los hechos circulan por las redes sociales y algunos agresores pudieran ser identificados y otros confundidos.
¿Qué va a suceder? No lo sabemos. No obstante, se percibe que la tensión entre gente del crimen organizado y militares se acrecentará y, muy probablemente las detenciones de toda índole, justas o arbitrarias y la represión puede aparecer y llevarnos a una espiral sin fin y ¿a más desaparecidos?
Todo puede ocurrir y algunas “plazas” podrían calentarse aún más.
Otras vez heridos en su honor y orgullo, Ejército y Marina podrían desplegar la persecución no sólo de los violentos infiltrados de ayer, sino del mismo líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, con resultados imprevisibles.
Recordemos que hay campañas políticas y candidatos que no suben. ¿Sería la forma? Tal vez sí, tal vez no, pero por mandato presidencial no quedará. Eso creo.
Lo que se desea es que no haya más hechos similares después de que las elecciones están precedidas, como nunca en tiempos modernos, de tanta sangre. Entre las víctimas están al menos 110 candidatos a distintos puestos en todo el territorio nacional.
Y donde nacen tormentas, hay tempestades.

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