Expertos alertan en Estados Unidos del peligro de enviar soldados a la frontera con México

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Estados Unidos.-La muerte del joven Esequiel Hernández por el disparo de un soldado del Ejército estadounidense en la frontera con México en 1997 es un recordatorio del peligro de enviar tropas a resguardar la zona, tal y como informó el gobierno de Donald Trump que hará para frenar la caravana de migrantes centroamericanos.

El envío de 5 mil 200 militares armados a lo largo de esta semana a la frontera sur hace temer que se puedan repetir casos como el de Hernández, un cuidador de ovejas que acababa de cumplir 18 años y era ciudadano estadounidense.

“La historia de Esequiel Hernández es un cruel recordatorio de la peligrosa combinación que es el enviar al Ejército armado a patrullar la frontera”, explicó a EFE Raquel Rubio GoldSmith, profesora del Instituto Binacional de Inmigración de la Universidad de Arizona.

GoldSmith, experta en temas fronterizos considera que el mayor peligro es el propio entrenamiento que tienen los soldados, quienes están preparados para enfrentar al “enemigo” fuera de territorio estadounidense.

“Los soldados desconocen la dinámica de la frontera, la cultura, las tradiciones, y esto puede ser un grave problema”, advirtió la académica.

A decir del Pentágono, el objetivo de enviar tropas a la frontera entre Estados Unidos y México es “endurecer la frontera y mejorar la capacidad de los agentes migratorios ante la llegada de más de 6 mil 500 personas”.

Los comandos militares se unirán a los más de 2 mil soldados de la Guardia Nacional que ya se encuentran en la zona asistiendo a la Patrulla Fronteriza.

Los militares se limitarán a apoyar a los agentes fronterizos en tareas para detectar actividades ilegales, así como en labores mecánicas, como reparación de vehículos, y ofrecerán cuidados médicos a los migrantes que lo necesiten.

“Cada vez que se habla de la presencia de soldados en la frontera surge de inmediato el nombre de Esequiel Hernández, es una situación que el mismo Ejército no quiere que vuelva a ocurrir”, dijo por su parte a EFE Timoty Dunn, profesor de sociología en la Universidad de Maryland, quien ha investigado este caso como parte de dos libros que ha escrito sobre la militarización de la frontera.

Los hechos ocurrieron el 20 de mayo de 1997 en la comunidad de Redford, conocida popularmente como ‘El Polvo’, ubicada cerca del Río Grande, en la frontera entre Estados Unidos y México.

Hernández murió al recibir un tiro que disparó un soldado destinado en ese lugar en similares tareas de apoyo a las actuales, pero entonces como parte de la lucha contra el narcotráfico.

El joven cuidaba de un rebaño de ovejas y traía consigo un viejo rifle que, aparentemente, disparó hacia el lugar donde se encontraban los soldados, al pensar que allí podía haber perros salvajes que previamente habían atacado a los animales en la zona.

“El problema es que en ningún momento los soldados se identificaron o le advirtieron al joven de su presencia”, recordó el investigador.

Los soldados decidieron que si el joven volvía a disparar en su contra responderían, lo que finalmente sucedió y Hernández se convirtió en el primer ciudadano estadounidense en morir a manos de militares activos en territorio nacional desde 1970.

“Creo que hubo mucha mal información, a los soldados prácticamente les dijeron que todas las personas en esta comunidad eran narcotraficantes”, concluyó Dunn.

De esta manera el gobierno estadounidense anunció el envío de las tropas militares a la frontera. 

 

Con información de EFE

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