Guadalajara sin mujeres

Publicado el

La comunidad se vació. A la colectividad le faltó más de una mitad. La sociedad sintió la ausencia de las mujeres. Miró lo que todos los días vemos, pero no observamos; las vemos, pero las negamos. Los hombres nos preguntamos sin obtener respuestas, porque ayer las mujeres no estuvieron. No salieron a las calles por su legítima rebeldía y su derecho a protestar. No salieron porque se quieren cuidar. No salieron porque se quieren defender. No salieron porque exigen visibilizarse. No salieron porque están hasta la madre de ser violentadas.

Muchas cosas estamos haciendo mal, desde el momento en que las mujeres necesitan ausentarse para que las veamos. Las reconozcamos. No las discriminemos.

En esta ocasión el llamado a un paro nacional no salió del corporativismo sindical, el llamado a detenerse para visibilizarse emanó de las mujeres, corrió como reguero de pólvora, y nadie lo pudo parar. Al principio lo intentaron detener desde varios frentes, al final no consiguieron desactivarlo; a querer o no, instituciones varias públicas y privadas decidieron por lo menos no estorbar y se solidarizaron con el paro.

No obstante, la urgencia económica de miles de mujeres que sobreviven con el ingreso diario limitó su derecho y ganas de sumarse a la protesta. “Protesto o como”, reclamaron muchas.

La incongruencia la volvimos a construir los hombres: les pedimos que salgan a las calles, les decimos que parando no consiguen nada, que la violencia la sufrimos todos. La miopía del patriarcado es tan profunda que ni siquiera nos miramos a nosotros mismos. Seguimos pensando que se trata de nosotros. Hemos hecho lo necesario para desaparecer a las mujeres de la comunidad, y ahora que no se asoman, la indignación de muchos hombres y mujeres recorre el espacio público de la sociedad.

Ayer la ciudad se contempló triste, sin la alegría de la presencia femenina, pero nunca con más tristeza que la generada por la violencia estructural que sufren cotidianamente las mujeres en México. No perdamos la brújula, esa es la razón que subyace en el paro nacional. El grito silencioso que se escuchó fue contra todas las violencias de género en México.

El día de ayer muchas frases y preguntas que nos planteamos día a día no tuvieron eco ni respuesta. Solo un día vivimos el silencio y la negación a donde hemos arrinconado a las mujeres. Con solo un día de su ausencia fuimos conscientes del peso específico y la importancia que tienen en la sociedad.

Se impone que el paro nacional de mujeres no termine en el anecdotario político de la del país, urge que su paro se convierta en la palanca que mueva a nuestra sociedad por caminos de mayor respeto, inclusión y tolerancia para las mujeres.

La viabilidad de la República es con mujeres o no será.

 

@contodoytriques

 

En la misma categoria

Otras Noticias