Guadalajara, Jalisco.-De junio pasado a la fecha, algunas niñas, niños y adolescentes del Hogar Juan Cruz de Cabañas y Crespo (Hogar Cabañas) se “han desbordado en conducta” y han entrado en crisis recurrentes que los conduce al área de paidopsiquiatría del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde.
El 13 de noviembre pasado, esta reportera observó un video de un ciudadano que lo subió a su cuenta personal de la red social de Facebook, y que actualmente ya no existe en esa plataforma.
En el video se veía a una jovencita atemorizada, como si quisiera huir o esconderse de alguien; varias personas trataban de ayudarla o de someterla. Incluso llegó una patrulla del municipio de Zapopan. Los hechos ocurrieron en el exterior del inmueble que alberga a niños institucionalizados.
Antonio Mortera, del área de comunicación social de la policía zapopana, confirmó a Partidero que la unidad ZP-0033 “atendió reporte por parte de esa institución (Hogar Cabañas), solicitando el apoyo para el resguardo de una menor de 14 años que había subido a una barda con la intención de salirse del lugar. Fue asegurada, sana y salva, y personal del lugar se hizo cargo del resguardo de la misma. Sólo realizamos llenado del informe policial y hasta ahí culmina nuestra participación”.
El usuario que subió el video a su cuenta de Facebook y que lo bajó por cuenta propia –o alguien le pidió que lo bajara– escribió: “Cómo someten a una joven que quería escapar del hospicio cabañas hace 20 minutos”.
Este medio de comunicación consultó fuentes cercanas al Hogar Cabañas, que accedieron a hablar bajo promesa de guardar el anonimato para evitar represalias.
La jovencita de 14 años de edad tiene episodios de crisis desde junio a la fecha, y ese día “estalló”.
Ella, “presenta cansancio institucional, y los vínculos que tenía establecidos se rompieron con el cambio de administración, porque le afectó ya no estar con las figuras con las que había trabajado hace muchos años. Imagínate, ¡abandonos, abandonos, abandonos!, a estos niños se les suman los abandonos. Para los niños no es que les cambien el personal, si no que se llevan a alguien con quien ya habían hecho vínculo y ellos lo que perciben es que otra vez los volvieron a abandonar”.
Son 297 niñas, niños y adolescentes albergados, que ingresaron al Hogar Cabañas por diversas causas, principalmente por la falta de cuidados, abandono en la vía pública o en sus casas por parte de sus padres, o por no ser atendidos por sus padres aunque estuvieran en el hogar, y por agresión sexual.
Ante esas agresiones, el estado se hace cargo de ellos. Los menores de edad crean vínculos fuertes con las personas que trabajan directamente con ellos, “y de repente se las quitan o cambian, pues los niños en lugar de avanzar retroceden”.
–¿Son doble o triplemente abandonados?
–Exactamente.
La joven que se sintió presionada lo que buscaba era irse, dicen las personas entrevistadas, lo cual se pudo constatar en el video ahora inexistente en redes. “Aunque muy probablemente sin una idea clara de qué quería en realidad, ella estaba tan enojada que no quería ver a nadie”, agregan.
Aunque en el Hogar Cabañas hay apoyo y acompañamiento psicológico, su protocolo establece que cuando un albergado entra en crisis recurrente tiene que ser atendido en paidopsiquiatría en el Hospital Civil de Guadalajara.
La jovencita fue atendida durante ocho días en el Civil por psiquiatras con especialidad infantil.
Desde junio a la fecha la nueva administración bajó la disciplina, se relajó para con los infantes. Y cuando las niñas y niños reaccionaron diferente a lo que esperaban, el problema se les salió de las manos, en perjuicio de los menores. Lo que ha conducido a que más pequeños acudan a paidosiquiatría. “El problema es que hay recurrentes”, señalan.
Las acciones de la actual administración del Hogar Cabañas han orillado a pedir ayuda, por lo menos en cinco ocasiones, a la policía de Zapopan en un lapso de cinco meses.
“De junio a la fecha he visto las crisis de las y los niños que no presentaban en el pasado”, dice una de las fuentes. Otra fuente afirma, con enojo e impotencia: “son unos ineptos”.
Aseguran que la falta de límites para el control de los internados y el nulo acompañamiento han contribuido “en que las niñas y niños se han desbordado en conducta. Tienen dobles mensajes: por un lado se les dice qué es lo que tienen que a hacer, pero antes ya se les había consentido. Entonces, quieren volver a poner límites y ya no pueden controlarlos”.
No se requiere de mayor flexibilidad o más rigor para con ellos, se necesita generar auténticos vínculos emocionales para con los menores de edad, opinan.
–¿Consideras que en el Hogar Cabañas hay gente incapaz?
–Así es, no tienen el perfil ni la experiencia de trabajo con niños institucionalizados, sobre todo en la parte operativa, que está a cargo de Lizbette Berenice Solís Piedras.
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