Jalisco, sin voto de castigo

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Contrario a lo que sucedió en la Ciudad de México en donde la oposición ganó el mayor número de alcaldías a Morena, en Jalisco no hubo voto de castigo para Movimiento Ciudadano (MC) y en especial para Enrique Alfaro. Sus candidatos, muchos de ellos sin méritos significativos, arrasaron en distritos electorales  y principales municipios.

El voto mayoritario en contra del partido de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México tiene su origen en la tardía y mala gestión en contra de la pandemia, la beligerancia  recurrente del Presidente en contra de sus “adversarios” —políticos o no— que ha partido al país entre dos bandos irreconciliables, el de los buenos que son sus seguidores incondicionales y los malos, aquellos que no coinciden en todo con él y, hace poco más de un mes, el derrumbe de la más nueva de las líneas del Metro, la número 12, por posible mala construcción y, un poco más remoto, la tardía respuesta de las autoridades locales a los daños causados por el terremoto de 2017, en donde están involucrados los últimos jefes de gobierno: Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheiembaum.

En el caso Jalisco, el triunfo del partido de Alfaro no se explica después de tantos desencuentros de éste con sus gobernados por sus desaciertos, algunos, bastantes pronunciados.

Alfaro Ramírez, compañero y amigo primero de Andrés Manuel López Obrador en las lides políticas, y luego enfrentados por sus desacuerdos —son tan parecidos sus carácter que chocan— luego reencontrados y después vueltos cada cual a las antípodas cargando su propio Yo, se confrontaron desde antes de las campañas de 2018 y esos desencuentros continuaron, con altas y bajas, durante el tiempo que uno y otro llevan en el gobierno desde diciembre de 2018.

Andrés Manuel prometió una transformación del país que se daría en su sexenio y sería la cuarta. Y empezó por cancelar obras y proyectos de lo que él llama del neoliberalismo. Borrón y cuenta nueva a todo e inició sus propias obras desde lo que llama transformación de la mentalidad neoliberal por luna supuestamente de izquierda con atención preferente al pueblo, a los pobres como prioridad y en eso anda incansable y a su manera, con prioridades hechas a su modo y semejanza, centrado y concentrado cada vez más poder en sus manos.

Por acá, en esta parte del territorio nacional, Alfaro habló y prometió una “refundación” de Jalisco, de la que hasta ahora nadie sabe nada y creo que hasta su mismo autor se le ha olvidado o la ha dejado al garete que, para el caso es lo mismo.

En tanto, el estado de cosas sigue igual con elevada incidencia en la inseguridad con deficiencias marcadas en la fiscalización y una elevada impunidad, como en todo el país, que sigue siendo la campeona pese a que prometió sanar de raíz al muy enfermo Poder Judicial y la situación sigue igual.

Obras de importancia, salvo una segunda línea del Macrobús por el periférico urbano, no se ven más por ahí y las carreteras siguen, en gran medida en el abandono en el interior del estado y apenas si se pueden ver una que otra obra.

Al inicio de la pandemia Covid en 2020, dio un golpe que le resultó atinado al principio al adelantarse al cierre masivo de posibles lugares de contagio: negocios, escuelas, iglesias, centros de diversión, bares, restaurantes. Pero luego flaqueó, aflojó las medidas antes de tiempo y luego culpó a la sociedad de la explosión de los contagios, no sin echarle culpas al centro por el mal manejo de la contagiosa enfermedad.

Ahora, después del 6 de junio uno se pregunta y ¿cómo es que su partido Movimiento Ciudadano salió avante y se llevó la mayor parte de lo que estuvo en juego en este proceso? MC, que se nutrió del panismo desde tiempos de Emilio González Márquez, ganó 16 distritos frente a tres de Morena y apenas uno del PAN y las principales ciudades, incluso con algunos candidatos cuestionados, como son quienes administrarán los ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan, Pablo Lemus y Juan José Frangie, respectivamente.

Reelecto hace menos de tres años en Zapopan, Lemus pidió licencia y se lanzó, sin haber concluido su período, como candidato a Guadalajara. Frangie, quien tuvo la Jefatura del Gabinete —una encomienda apenas inventada— se gastó más de 200 millones de pesos en apoyos y dádivas muy cuestionadas que habrían servido, en realidad, para apoyar sus campañas políticas.

Pero, ¿cómo es que ganan ahora y con tan amplio margen cuando se suponía que recibirían un voto de castigo por la pobre cosecha que ha tenido MC en su conjunto? Es un triunfo que nadie se explica, pero sucedió.

El secreto del triunfo podría ser muy simple: el imborrable sonsonete del “Na, na, na, na” que canta el ahora no tan pequeño y sí ya famoso niño huichol —wixrárika, para ser más preciso—, Yuawi López quien, por cierto, ya se cotiza alto y cobra por minutos sus videoclips.

Es lo mejor, o quizás lo único sin duda que ha que ha hecho MC, la publicidad, segmento en el que han destinado millonadas el mismo gobierno estatal a través de una empresa denominada La Covacha, para cuestiones de comunicación que no es otra cosa que promoción o propaganda.

Esa, creo yo, podría ser la causa del triunfo, porque de bueno gobierno hay pobreza casi extrema… Aunque también, no sin tacha, hubo oposición y la más fuerte fue la de Carlos Lomelí Bolaños, excoordinador del gobierno obradorista en Jalisco, acusado varias veces de lavado de dinero y es un fuerte proveedor de medicamentos de la 4T y antes lo fue de los gobiernos pasados.

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