“La manada” en brazos de Sheinbaum

Especial/Partidero

Sábado 25 de marzo de 2023.- ¡Presidenta! ¡Presidenta!, con ese grito a manera de “rugido” en la cueva de los leones negros recibieron a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en la Universidad de Guadalajara, dentro de lo que algunos podrían juzgar como un acto anticipado de campaña, pero Sheinbaum, se mostró cuidadosa en las formas para no presumirse como candidata, y se limitó a hablar de su labor al frente de la administración capitalina.

Antes, a su llegada a Guadalajara Sheinbaum fue recibida en el aeropuerto por un mariachi femenino llamado “Mujer Latina”, al ritmo de “Guadalajara” y de otras canciones como: “Ay Jalisco no te rajes”, “México Lindo y Querido” y la despidieron con “La Vikina”.

En las instalaciones de la UdeG Claudia dijo sentirse parte de la comunidad universitaria de Jalisco debido a que su padre, el químico Carlos Sheinbaum fue egresado de la UdeG, hace ya varias décadas. Claudia mostró un discurso bien estudiado, en una intervención que hizo de pie y sin leer ni una sola línea.

Ella se dio tiempo para recordar a Salvador Allende, en el momento en que se han cumplido 50 años de su presencia en Guadalajara (1972). Habló de ese médico de origen chileno que estuvo al frente de la presidencia de su país luego del triunfo político-electoral de la izquierda (a inicios de los setentas) y quien decidió quitarse la vida en 1973, en Palacio de la Moneda en el momento en que la ultraderecha y los militares daban golpe de estado contra su gobierno.

Recordó que posterior a ello inició una gran masacre que acabó con la vida de miles de ciudadanos en ese país, lo hizo frente a cerca de cinco mil personas, y con la imagen petrificada de un “Salvador Allende” en el instante en que daba su discurso frente a la comunidad de la UdeG, en 1973.

Sheinbaum mostró una forma sencilla de vestir con un pantalón azul y una blusa blanca con adornos que evocan diseños indígenas, y con un lenguaje claro y pausado que demostraba mucha habilidad para atrapar la atención de los asistentes en una situación que por momentos daba la impresión que quien hablaba era la próxima presidenta, en un asunto que contrastaba con los insultos que la doctora Claudia recibía en algunos de los comentarios de la transmisión de Partidero.

Ajena a todo ello, se mostró atenta al desarrollo del acto al que se le convocó en la explanada del CUCSH y ahí escuchó la voz del doctor Salvador Allende y recordó las palabras que ese político dedicó a los jóvenes de Jalisco cuando sentenció que: “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. Dijo que hoy esas palabras son igual de vigentes que hace cincuenta años.

Junto a Sheinbaum también apareció la alcaldesa de Tepic, Geraldine Ponce Méndez y la gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno Silva.

La convocatoria a ese foro fue lanzada por la primera mujer que llega al frente de la dirigencia de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Zoé García, aunque detrás de esa iniciativa, por todas partes se veía toda la infra-estructura de la Universidad de Guadalajara para dar la bienvenida a esas tres gobernantes de Morena.

Lo cierto es que por encima de eso, Sheinbaum en su discurso se dio tiempo para hablar de la importancia de la lucha estudiantil, recordó sus andanzas en el Consejo General de Huelga, a finales de los ochentas cuando el PRI y la presidencia pretendían desaparecer el concepto de universidad gratuita y pública.

Habló de la manera en que su gobierno promovió la beca universal para niños y niñas en CDMX, desde preescolar hasta secundaria de escuelas públicas y aprovechó la ocasión para demostrar sus conocimientos en eso que llaman el Humanismo Mexicano que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación.

Recordó los principios de su programa de gobierno en donde a juicio de ella, se destacan como ideas centrales que el bien México, “primero los pobres”, que no se puede tener un gobierno rico con un pueblo pobre, que siempre se debe trabajar con la noción de un gobierno que deje de manifiesto la austeridad republicana, de fortalecer una economía moral y reforzar la lucha contra la impunidad.

En las primeras filas del improvisado auditorio se veía parte de la raquítica élite morenista de Jalisco como la diputada federal y aspirante al gobierno de Jalisco, Cecilia Márquez; la eterna enemiga del alcalde emecista de Guadalajara, la regidora Candelaria Ochoa y el diputado federal y también suspirante a Casa Jalisco, Antonio Pérez Garibay, padre del corredor de autos “Checo” Pérez. En segunda fila apareció el dirigente de la Sindicato de Trabajadores Académicos de la UdeG, Jesús Palafox.

Perdida entre los asistentes apareció la lideresa del pueblo indígena de Ayotitlán, de Cuautitlán de García Barragán, Rogelia Justo Elías y la diputada del partido Hagamos, Mara Robles Villaseñor, igual que el legislador Enrique Velázquez. Fue notoria la presencia de militantes prófugos del PRD, ahora con su nueva casaca de Hagamos. Y tras bambalinas, el coordinador de Educación Media Superior, César Barba Delgadillo.

Antes de la conferencia de las tres mujeres gobernantes de Morena, Sheinbaum se dio tiempo para hacer una visita de cortesía al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, en Casa Jalisco.

 

Al final del acto encabezado por la FEU, Claudia, Indira y Geraldine se esfumaron de las cámaras y los micrófonos de los medios de comunicación y tuvieron otra encerrona con algunos de los representantes de la casa de estudios.

El lado negro…
Ninguna de las gobernantes de Morena habló de los lados críticos de sus administraciones o de la forma como son percibidas en redes sociales o por los medios de comunicación. Las tres destacaron sólo el lado bonito de su gobierno, ninguna se atrevió a hacer alguna autocrítica y pasaron por alto el tema de la inseguridad que golpea a los lugares donde ellas gobiernan.

La peor parte de todo ese evento se lo llevaron reporteros y fotógrafas que tuvieron que confrontar los modos gorilescos de algunos de los integrantes de un equipo de seguridad que se dedicó a entorpecer el trabajo de los medios o a interrumpir en forma momentánea la transmisión de Partidero –vía internet-.

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