Muchos esperan “milagros” de la Guardia Nacional

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Puntos y Contrapuntos

Criterios

Son tan grandes las esperanzas como las exigencias que se han puesto en la Guardia Nacional, como antídoto casi milagroso que pudiera resolver el más grande mal que agravia, lastima y angustia a nuestro país.

Las urgencias son muchas y los plazos para resolverlas muy cortos, de tal manera que, si no se logran avances inmediatos, empezará a cundir el desencanto.

Aunque la espiral de violencia, por el número total de asesinatos cometidos luego del cambio de gobierno, ha seguido en ascenso, sí se observa una leve contención en el alza porcentual durante el primer cuatrimestre del 2019, tanto en lo que corresponde al país como al estado de Jalisco, entre el tránsito de la administración federal del priista Enrique Peña Nieto a la del morenista Andrés Manuel López Obrador, y, localmente, del gobierno del tricolor Jorge Aristóteles Sandoval Díaz al del emecista Enrique Alfaro Ramírez.

Tanto el gobierno federal como las administraciones estatales esperan enfrentar a la delincuencia organizada y detener o aminorar la violencia homicida, con el respaldo de la Guardia Nacional, que se presume estará operando plenamente a principios de julio del 2019.

Seis mil elementos de la Guardia Nacional serán ubicados en 11 municipios mexicanos de la frontera con Guatemala, para contener el ingreso de indocumentados centroamericanos a nuestro país, reiteró este domingo 9 de junio del 2019 Martha Elena Federica Bárcena Coqui, embajadora de México en Estados Unidos, como parte de los acuerdos para conjurar la aplicación del impuesto del 5% que el gobierno de Donald Trump pretendía imponer a todos los productos mexicanos a partir del lunes 10 de junio del 2019.

En el caso particular de Jalisco, se anticipa que habrá 26 compañías de la Guardia Nacional en 22 municipios de la entidad, para una suma total de por lo menos 3 mil 120 elementos, informó el pasado martes 4 de junio del 2019 el coordinador de Seguridad Estratégica del Gobierno del Estado, Macedonio Salomón Tamez Guajardo.

Habría cuatro bases de la Guardia Nacional en Guadalajara y dos en Zapopan. Se presume que el 30 de junio del 2019 el gobierno federal formalizará el traslado de elementos de la policía militar y de la policía naval a la Guardia Nacional, y que las operaciones de este nuevo cuerpo empezarían plenamente en Jalisco en julio.

El pasado jueves 28 de febrero del 2019 el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Francisco Alfonso Durazo Montaño, dijo –según publicó ese día la revista Proceso– que se confía que para el cierre del 2019 la Guardia Nacional operará con 80 mil elementos que serán desplegados en todo el país, orientados principalmente a 51 regiones prioritarias.

Reiteró que en una primera etapa la Guardia Nacional se formará con 35 mil integrantes de la Policía Militar, ocho mil de la Policía Naval, 18 mil de Fuerzas Federales y Gendarmería, y 20 mil efectivos que serán reclutados y capacitados.

El pasado martes 28 de mayo del 2019, al iniciar la segunda fase del Plan Integral de Seguridad en Apatzingán, Michoacán, Durazo Montaño anunció para julio el despliegue de 4 mil 50 elementos de la Guardia en nueve regiones de ese estado, particularmente en la región denominada Tierra Caliente, donde tienen notable presencia grupos de narcotraficantes y de autodefensas presumiblemente ciudadanas.

 

DURO PRINCIPIO

Las estadísticas de incidencia delictiva elaboradas por el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, dependiente de la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal, reflejan que se ha experimentado una leve contención de los incrementos porcentuales de violencia en el primer cuatrimestre de 2019 –de enero al cierre de abril–, con respecto a los mismos periodos de 2017 y 2018.

La incidencia delictiva se refiere a la presunta ocurrencia de delitos registrados en averiguaciones previas iniciadas o carpetas de investigación, reportadas por las procuradurías de Justicia y fiscalías generales de las entidades federativas en el caso del fuero común y por la Procuraduría General de la República en el fuero federal.

¿Qué dicen los números?

En el primer cuatrimestre del 2017, durante el gobierno del priista Peña Nieto, se cometieron en México 7 mil 636 homicidios dolosos.

Un año después, entre enero y abril del 2018, la cifra aumentó a 8 mil 983 homicidios dolosos. Fueron mil 347 asesinatos más que el mismo periodo del año anterior, para un incremento porcentual del 17.64%.

En los cuatro primeros meses del 2019, ya durante la administración del morenista Andrés Manuel López Obrador, se cometieron en todo el país 9 mil 549 homicidios dolosos, un incremento de 566 muertes con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que representan un porcentaje del 6.30%.

En Jalisco, durante enero-abril del 2017, todavía en la administración del priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, se perpetraron 397 homicidios dolosos.

En el mismo periodo del 2018 los asesinatos dolosos en Jalisco llegaron a 570, un alza de 173 muertes violentas más, para un incremento porcentual del 43.57%.

Entre enero y abril del 2019, ya en el gobierno de emecista Enrique Alfaro Ramírez, se perpetraron 749 homicidios dolosos, 179 más con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que representa un alza porcentual del 31.40%.

Porcentualmente hay una leve contención –que no disminución real– en la espiral de la violencia que reflejan los homicidios dolosos.

 

MÁS Y MENOS

¿Cuáles son los cinco estados de país con los más altos índices de violencia, reflejados en el número de homicidios dolosos que se han cometido entre enero y abril del 2019?

Los números del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública dicen que aparece en primer lugar Guanajuato, con 963 homicidios dolosos.

En segunda posición está el Estado de México, con 906; en tercero Baja California, con 786; en cuarto Jalisco, con 749, y en quinto Chihuahua, con 648 homicidios dolosos.

En el extremo opuesto, con únicamente 12 homicidios dolosos en el periodo enero-abril del 2019 está Yucatán, el estado más tranquilo y seguro de la República, por lo menos en este renglón.

En segundo lugar, con menos muertes, está Campeche, con 14 homicidios dolosos; en tercero, Aguascalientes, con 31 muerte violentas; en cuarto Baja California Sur, con 36 homicidios dolosos y, en quinto lugar Durango, con 43.

Ustedes seguramente recordarán que fue el viernes 24 de agosto del 2018 cuando el entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador lanzó formalmente su propuesta de crear una Guardia Nacional que fusionara a las corporaciones policiacas y castrenses, para combatir la violencia del crimen organizado.

Casi tres meses después, el miércoles 14 de noviembre del 2018, durante la presentación de su plan nacional de seguridad, López Obrador estimó que se necesitarían entre 120 mil y 150 mil agentes policiacos para cubrir las 266 coordinaciones policiacas en las que pretendía dividir al país.

La promesa del actual presidente fue que al cerrar 2019 ya estaría operando plenamente 150 coordinaciones para atender las regiones con mayor violencia y que en 2021 estaría atendida toda la República.

El compromiso es muy fuerte. Frente a la violencia, el dolor y la angustia, se erosionan con facilidad la ilusión y la esperanza. Estamos todavía muy lejos de empezar a bajar los altísimos índices delictivos que crecieron desmesuradamente durante los dos más reciente sexenios.

Las estadísticas oficiales ilustran que en el gobierno del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (2006-2012), fueron cometidos en el país 102 mil 327 homicidios dolosos. Más violento y sangriento fue el gobierno del priista Enrique Peña Nieto (2012-2018), en el que se perpetraron en México 124 mil 478 homicidios dolosos. En 12 años nuestro país sumó 226 mil 805 asesinatos violentos.

Desafío enorme detener esa espiral de violencia, dolor y sangre, con eficacia y prontitud. La cuenta regresiva ya empezó y todas las esperanzas están puestas en la Guardia Nacional. Algunos hasta esperarían que hiciera milagros.

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