Alberto Osorio
Domingo 04 de diciembre de 2022.- Hace 15 años, el 30 de noviembre de 2007, un trágico acontecimiento enlutó el área de noticias de Televisa Guadalajara y a la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco. Un accidente registrado en una práctica de buceo se llevó para siempre a dos oficiales de esa corporación y al entrañable amigo y reportero Sergio López Gómez, en el rumbo de la playa de Mismaloya, en Puerto Vallarta.
Sergio era un comunicador nato, que empezó su acercamiento al reporteo luego de trabajar en el área de ventas de Televisa Guadalajara. Inquieto y osado en sus coberturas, el periodista casi siempre estaba feliz, salvo cuando sus jefes en esa empresa le recordaban que, “un reportero no tiene horario, ni de entrada ni de salida” y que el sueldo y el cargo se ajusta a la forma en que los o las empleadas se acomodan ante el jefe.
“Se los tragó el mar en Mismaloya, ahí se abrió una especie de abismo y una fuerte corriente marina que arrastró a los tres, es falso que los elementos de Protección Civil carecían de capacitación”. Esas eran las palabras del entonces director de Protección Civil y Bomberos Jalisco, Trinidad López Rivas, en una conversación con el que esto escribe en los primeros días del 2008 en un restaurante, en la frontera entre Jalisco y Michoacán.
Los dos buzos, según López Rivas, constantemente eran buscados para ofrecer servicios de rescate en otros estados, ante su buena capacitación y ellos acompañaban a su amigo Sergio López, dijo.
Las palabras de ese hombre al que le gustaba que le dijeran “El Mayor”, contrastaban con lo escuchado días antes por parte de un exgerente de Televisa, quien en forma arrogante se presumía como un buzo experimentado y aseguraba -en plática entre los suyos- que la muerte de Sergio y los agentes de protección civil, obedecía a la inexperiencia para entrar a las profundidades del mar.
Ernesto Villalpando otro de los ex colaboradores de Televisa y quien acompañaba a Sergio la última vez que se vio con vida, relató a Partidero la manera en que, con sus propias manos, trató de retener la caída libre de la soga con la que iba amarrado su amigo por cuestión de seguridad. Seguro que es un recuerdo que hasta la fecha atormenta al estimado Ernesto.
Las palabras de Villalpando concuerdan con el testimonio sobre la conformación de una extraña y potente corriente en Mismaloya, tal como la describía Trinidad López Rivas: “Los hombres por desgracia entraron a una zona en donde se conformó un precipicio y una fuerte corriente que se imponía a cualquier fuerza, en las orillas de la placa continental y la corriente.
Sergio era atrevido y divertido, él nunca se vio en la necesidad de emular a un vendedor de Ekar de Gas para rubricar con muchas erres una de las notas que publicaba en los noticieros de Televisa.
En una ocasión Sergio se atrevió a disfrazarse de limpiaparabrisas para ver cuánto sacaba de dinero y cómo lo trataban los automovilistas, en ese experimento de trabajo Gonzo, el reportero fue reconocido por varios de los conductores. Quizás a su vestimenta y a su cara la faltaba mugre para convencer a quienes lo veían que se trataba de un trabajador de crucero o un hombre en calidad de calle.
Iván Suárez Jaramillo, hoy corresponsal de Televisa en Vallarta, recuerda que un día antes de su desaparición, Sergio y Ernesto llegaron a su casa, cenaron y estuvieron platicando plácidamente. Sergio tenía la encomienda de regresar a Guadalajara a cubrir su agenda de reportero, pero él nunca se imaginó que nunca más volvería a ver a su amigo.
Dice que después de su desaparición, las autoridades pusieron en marcha un megaopertivo para tratar de encontrar a los buzos e incluso y se usaros dos robots acondicionados para entrar a aguas profundas. Sin embargo, esas dos máquinas resultaron averiados ante la turbulencia de la zona y estuvieron a punto de ser arrastradas por la corriente.
Para recordarlo, el pasado fin de semana se llevó a cabo un homenaje póstumo al cumplirse 15 años del fallecimiento de los oficiales Alejandro Tovar, Adán Sánchez y del reportero Sergio López Gómez durante una práctica de buceo en Puerto Vallarta y bajo el mar se colocó una cruz hecha con tanques de aire comprimido en memoria de los desaparecidos, en noviembre de 2007.
En lo particular, los días de FIL en Guadalajara siempre me hacen pensar en el momento en que un amigo fallece, y nos obliga a reflexionar un poco en el momento de la muerte. Todavía hoy no logró superar la reflexión que se me impone al pensar sobre la pequeña que quedó huérfana cuando Sergio desapareció.
Abrazo a su familia y descansa en paz amigo Sergio.