Última misa en memoria de Francisco da paso al cónclave que elegirá a su sucesor

French Cardinal Dominique Mamberti. Foto: Alberto PIZZOLI / AFP.

El Vaticano cerró el ciclo de luto por el pontífice argentino con una liturgia oficiada por el cardenal Dominique Mamberti, en la antesala de una elección histórica

Roma, Italia.-La Basílica de San Pedro volvió a llenarse este domingo, no para despedir, sino para dejar ir. Con la novena y última misa de las llamadas Novendiales, concluyó el período de duelo oficial por el fallecimiento del Papa Francisco, mientras los cardenales se preparan para la votación que definirá al próximo líder de la Iglesia católica.

La ceremonia fue presidida por el cardenal francés Dominique Mamberti, una figura clave en el proceso sucesorio: como protodiácono del Colegio Cardenalicio, será él quien, en caso de elección, proclame desde el balcón central de la basílica el tradicional Habemus Papam.

En su homilía, Mamberti recordó los últimos gestos públicos de Francisco, como la bendición pascual Urbi et Orbi, realizada apenas 24 horas antes de su muerte. “Fui testigo de su dolor, pero también de su fortaleza”, dijo.

El arzobispo evocó el legado de un papado que, durante más de una década, incomodó a los poderosos y revitalizó debates internos largamente postergados. “Nos enseñó que la obediencia a Dios no es negociable, incluso frente a las estructuras del mundo”, afirmó.

Concluidos los ritos fúnebres, el Vaticano se encamina hacia uno de sus momentos más solemnes y reservados: el cónclave. El miércoles 7 de mayo iniciará oficialmente la elección del nuevo pontífice. A las 10:00 (hora local), los 133 cardenales electores —menores de 80 años— participarán en la misa Pro Eligendo Pontifice. Por la tarde, en procesión, se dirigirán a la Capilla Sixtina, donde comenzará la primera votación.

A partir de entonces, solo el humo que emerja de la chimenea instalada sobre la capilla hablará al exterior. Blanco, si hay nuevo Papa. Negro, si no hay consenso. Mientras tanto, el interior del Vaticano se sella: se desactivan cámaras, se aíslan accesos, y todo el personal vinculado —desde médicos hasta electricistas— jura confidencialidad.

Hasta el inicio del cónclave, los cardenales continúan reuniéndose en congregaciones generales, espacios destinados a la discusión de los retos actuales de la Iglesia y, sobre todo, a conocerse mutuamente antes de decidir. En la sesión del sábado, algunos sugirieron extender las discusiones previas; por ello, este lunes habrá doble jornada de deliberaciones.

Salir de la versión móvil