Viene el incremento en la UdeG

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De algo sirve eso de señalar puntos flacos, negativos de los acontecimientos cotidianos. Justamente de eso se trata el oficio del periodismo: alzar la voz y señalar lo que no todos ven, o lo que inadvertidamente pueda dejarse pasar, para luego andarlo lamentando. Hace apenas dos semanas se empezó a mover el agua en las redes en torno al asunto del incumplimiento del pago del incremento salarial del año en curso, acordado para los trabajadores de nuestra máxima casa de estudios. Ahora ya salieron a la palestra los responsables de los estos dineros y dieron una respuesta pública.

Como tiene que ser, sí habrá pago. Para eso se firman los acuerdos, para cumplirlos y no para andarlos capoteando o sacándoles la vuelta. Cuando este redactor era un infante le escuchaba decir a los abuelos, en sus giros pontificales: Que te dure más en la mano una brasa ardiendo, que el salario de tus trabajadores. Pues ya van pasando ocho meses de acordado el aumento salarial y nomás no llega. El rector mismo de la UdeG salió a dar una rueda de prensa y soltó la nota positiva de que se cubrirán los pagos de todo lo que se les adeuda a los trabajadores, el incremento y su retroactivo. Así que, a otra cosa, mariposa. Si alguien se interesa por conocer completo el texto de dicho evento lo puede consultar en el link correspondiente. (https://www.youtube.com/watch?v=aGvNNZmhRBw&feature=youtu.be)

Es positiva la nota. Conviene darle una pequeña revisada, para conocer los términos en que se expone. Lo primero tiene que ver con los esquemas laborales que funcionan en todo el país y con los que se rige el comportamiento de los patrones con los obreros. En los primeros días de febrero se emplaza a huelga (es un decir) a la empresa para sentar al patrón con su sindicato reconocido y negociar las partidas que hayan de ser revisadas. La vida ha de continuar y no parar. Un año se trata tan sólo de cuestiones de dinero. Al siguiente, dinero y puntos contractuales por modificar, agregar o suprimir. Este año negociaron las partes, La UdeG y sus dos sindicatos reconocidos (Staudeg y Sutudeg) un incremento al salario del 3.4% para el año 2020, a partir desde luego del primero de enero.

El rector ilustró, al público que le quiso oír, cómo se hacen funcionar estos eventos. Primero, dijo, se trata de un convenio tripartito, en el que participan el gobierno federal, el estatal y la propia universidad. Hasta que la institución educativa recibe de ambos gobiernos las partidas acordadas, ésta lo deriva a su base laboral. El funcionamiento rutinario de la entrega de estos dineros establece que la partida estatal viene siempre después de la federal o que la federal siempre va por delante, como mejor se quiera entender.

El referente ordinario para los incrementos universitarios se atiene a lo que la UNAM acepta. Así operan desde hace tiempo y todos contentos. Se firmaron los nuevos contratos en febrero y no estallaron las huelgas emplazadas. Casi nunca estallan. Es la rutina de estas operaciones desde hará unos treinta años, lo que llevamos de neoliberalismo. La 4T nos dijo que iba a cambiar muchas cosas, casi todo lo que le resultara lesivo al pueblo. Pero en este renglón laboral no se ven luces o vislumbres que vayan a modificar sus rutinas. Mas sigamos con nuestra historia particular, la de casa.

El rector hizo luego una incriminación más que fuerte, a la que habrá que tomar con pincitas. “Hasta este momento (24 de agosto), los recursos con los que se cubrirá el incremento demandado no se han recibido por parte de la federación, ni por parte del estado”. Su dicho está ahí. Abundó diciendo que han estado haciendo gestiones ante la SEP y que ésta hace lo propio ante los de hacienda y que se sacan la misma. Hacienda no suelta la lana. Y por más señas dijo que saben que a todas las universidades del ámbito federal y se les entregó la partida correspondiente. Las castigadas son solamente las universidades públicas estatales, según su dicho.

Para cubrirles la promesa laboral a los 26, 028 trabajadores de la UdeG, se requiere un fondo de 250’ 697 167 pesos. Ya llegarán las partidas de los fondos federales y estatales; pero en tanto aparecen, los administrativos de aquí buscaron dónde destapar un hoyo para tapar el otro. Su comisión de hacienda aprobó una resignación de recursos de la partida de las Previsiones de la red universitaria. Este año se ahorró en este rubro hasta un 20% del presupuesto. Tampoco se registra crecimiento inflacionario. Se podrá disponer entonces de estos ahorros una partida de un poco más de 245 millones de pesos. Se pospondrán algunos proyectos contemplados para este año y ya con dicha bolsa podrá cubrirse la demanda laboral presente. Faltarían unos cinco millones para el total. Se tomarán los casi cinco millones faltantes de la partida de los Productos Financieros de las cuentas del recurso estatal, de los intereses pues. Están en condiciones de cubrir el total demandado.

A partir del 1° de septiembre, llegará el incremento a la nómina de todos los trabajadores de la UdeG. Que la universidad está prestando de su propia bolsa, hasta que lleguen las partidas federal y estatal; que a ver si no se ven en apuros financieros, dijo, al final del año.  Aprovechando el micrófono, soltó de su ronco pecho que las universidades estatales han sido muy lastimadas financieramente; que llevan tres años sin incremento presupuestal. Se les cubre sólo la inflación. Que han desparecido todas las bolsas extraordinarias, lo que representa aquí un faltante de 1 300 millones de pesos. Seguiremos el paso de estas minucias, enredos no tan complejos como los quieren presentar.

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