Desarmes policíacos en Jalisco

Los desarmes que se llevan a cabo en Jalisco no son nuevos. Los tenemos presentes desde al menos el año 2014. Esto ante la reciente intervención de autoridades estatales y federales en la Policía de San Juan de los Lagos, ante supuestos nexos criminales.

El discurso político sigue siendo el mismo que el de la administración pasada. Pese a que dichos desarmes se efectúan por presiones de carácter federal, por medio de la Fiscalía General de la República (FGR), y hoy por hoy con la Guardia Nacional (GN), pareciera que la medalla se la quieren colgar autoridades estatales ─siendo en términos prácticos que ellos también son los investigados en virtud de las negligencias─ falta de supervisión que se da en algunos casos, por no decir que en la mayoría de los municipios de nuestra entidad Jalisco.

Con la finalidad de tener una idea más clara de cuáles son las policías que han sido desarmadas en Jalisco, tomaremos como punto de partida el año 2014: Cocula con 54 elementos, y Casimiro Castillo, con 27.

En el año 2015 se desarmaron cuatro municipios y a sus respectivos uniformados: Unión de Tula, 27; Villa Purificación, 19; Pihuamo, 18 elementos y Jilotlán de los Dolores, 11.

En el año 2016 se desarmaron dos corporaciones policiacas en Jalisco y a su personal operativo: La Barca, 20; y en Villa Corona, a 47. En el año 2017 se desarmó a cuatro comisarías municipales: Tlajomulco, a sus 100 elementos, Ocotlán, 56; Teocaltiche, 40, y en Bolaños a 19.

Llama la atención el año 2018 con el mayor número de policías desarmados en el municipio de Tlaquepaque, con casi 500, y Tecalitlán con 27, y el más reciente sucedido en San Juan de los Lagos, con 160 elementos.

Ahora bien, analicemos los encabezados periodísticos a nivel nacional del desarme a policías en Tlaquepaque: “El Ejército mexicano desarma a 700 policías en Jalisco”- Continúa la nota con lo siguiente: “El Ejército mexicano desarmó a más de 700 policías de Tlaquepaque, un municipio del área metropolitana Guadalajara (estado de Jalisco), ante las sospechas de que los agentes pudieran estar coludidos con el crimen organizado. El gobernador del estado, Aristoteles Sandoval, anunció a través de su cuenta de twitter que la mañana de este domingo la fiscalía local en coordinación con autoridades federales y militares intervinieron la Dirección de Seguridad Pública municipal. La seguridad quedará a manos de los policías estatales”.

Si comparamos el discurso anterior con el presente, nos daremos cuenta de que hay una asimetría marcada, pues como es evidente la presión de los desarmes de las corporaciones policiacas son de carácter federal: FGR y GN, pero pareciera que son tolerantes a que las autoridades del estado, salgan a los medios “a dar la cara” de lo que no funciona en Jalisco y sus municipios. La información la generan y poseen las autoridades federales y no las estatales, pues todo apunta en que estas ya están arregladas…

El hecho de descubrir que la delincuencia tiene su propio C5 y “se están dando cuenta a estas alturas”, nos deja mucho en qué pensar. Ahora sí que del árbol caído a hacer leña…

La primera vez que se supo que se desarmaba a una corporación policiaca fue un verdadero escándalo, y quizás algunos llegamos a pensar que “ahora si iba en serio”, pero como nos hemos dado cuenta, no hay sanciones, ni castigos, ni consecuencias, como ha señalado el doctor Rubén Ortega Montes: “todo queda en un show”.

Dentro de las irregularidades que se encontraron en la Policía de San Juan de los Lagos fueron: que el comisario municipal no aprobó los exámenes de control y confianza; solo 101 de 160 policías decidieron acudir a la academia, 13 de los mismos decidieron renunciar; en el mismo escritorio del comisario se encontraron dosis de droga (lo cual es una contradicción por lo que se supone deben combatir), y todos los oficiales portaban armas, sin embargo solamente 70 hicieron el tramite de licencia colectiva.

Resulta preocupante la situación que viven los policías en Jalisco, pues suman ya 84 los caídos tan solo en este año. Como nos dimos cuenta la recomendación 01/2020 emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, las malas condiciones en que han laborado los policías en el estado de Jalisco continúan vigentes.

En mi opinión, se conjugan dos elementos altamente peligrosos en nuestra entidad que tienen sumido en la inseguridad y violencia: las malas condiciones laborales de los policías, y un modelo económico en México fallido, que genera miles de ciudadanos que se enrolan en actividades ilícitas, que bien lo saben al participar en estas actividades su vida puede ser corta y riesgosa.

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