Disminuirá presencialidad ansiedad, estrés y hasta intentos suicidas

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Guadalajara, Jalisco.-Niñas, niños y adolescentes no escaparon de la ansiedad, estrés, depresión e intentos suicidas durante el 2020, año de la pandemia por el coronavirus, y en lo que va de 2021.

Los casos incrementaron de manera exponencial en comparación con el 2019, sin embargo, para especialistas en salud mental, la situación puede revertirse con el retorno a clases en el nivel básico que empieza este lunes 30 de agosto.

Las autoridades estatales determinaron que el regreso será de manera presencial, híbrida y a distancia.

Datos del Instituto Jalisciense de Salud Mental, conocido como SALME, demuestran que en el año 2019, se atendieron 585 reportes por ansiedad, 856 por depresión y 77 casos por tentativa suida.

En el 2020, fueron 3 mil 140 casos por ansiedad, 2 mil 663 por depresión y 268 intentos de suicidio. Los picos más altos se registraron en mayo con 585, 420 y 32 casos de ansiedad, depresión y tentativa de homicidio, respectivamente. En junio de ese mismo año, 405 jaliscienses pidieron ayuda a SALME por problemas de ansiedad, 338 por depresión y 47 por intentos suicidas.

Las llamadas de auxilio a la línea de intervención en crisis bajaron un poco de enero a agosto de éste 2021, sin embargo, siguen siendo de alarma para las autoridades si se comparan con los datos de 2019, año previo de la crisis por el Covid-19.

De enero al corte del 22 de agosto de éste año, SALME atendió dos mil 69 personas que mostraron ansiedad, dos mil 67 por depresión y a 316 por tentativa de homicidio.

La información estadística puede ser consultada en el siguiente enlace: https://cutt.ly/DWg0Fpm.

“Las personas atendieron la recomendación de quedarse en casa. Disminuyeron las citas durante la pandemia, la gente prefirió ser valorada vía telefónica, se tuvo un incremento en un 300 por ciento en llamadas; después la gente empezó a tener información más sustentada sobre la pandemia y empezaron a controlar el estrés”, informó Julio Villegas, psicólogo adscrito al Instituto Jalisciense de Salud Mental (SALME).

Si las personas no se atienden los trastornos pueden ir en aumento, por lo que el especialista recomienda a hacer contacto de inmediato a través de la línea de intervención en crisis, hay que marcar al 075.

 

Del estrés y la ansiedad al aburrimiento

El especialista en salud mental, explicó en entrevista exclusiva a Partidero que las niñas, niños y adolescentes pasaron de la ansiedad y el estrés al aburrimiento, hechos documentados en la revista científica Lancet.

“Los niños respondieron al aburrimiento como un fenómeno psicosocial, el aburrimiento si es un síntoma, es un indicador de que algo está ocurriendo”.

Niñas y niños de preescolar y de los primeros años de primaria, dejaron de realizar juegos espontáneos, las y los adolescentes “estaban aislados aún dentro de la misma casa, dejaban las áreas comunes como la sala o el comedor y se pasaban muchas horas en su habitación sin necesariamente estar jugando, si no observando videos y esto se asocia a otra problemática de salud como la obesidad”.

El comportamiento en adolescentes se reflejó en problemas de irritabilidad y a problemáticas de adultos como abuso de alcohol u otras drogas y violencia familiar, “ante ello se establecieron medidas como el código violeta”.

Algunas mamás me han contactado para decirme que sus niños se acostumbraron al confinamiento, ya no quieren salir de casa y ni la pijama se quitan durante el día.

—Puede ser un síntoma de falta de motivación, la cual es importante en todas las etapas de la vida. Se trata de una disminución del interés de disfrutar de cosas que antes sí se disfrutaban. Ese aislamiento se acompaña con muchos síntomas de depresión y disminución o aumento de apetito, además de la irritabilidad. También se estresaron al saber que se podían contagiar, hubo casos entre adolescentes que tuvieron dificultades para respirar, dolores en pecho, cabeza, tuvieron temor generalizado al no saber a qué se enfrentaban, la sensación de morir y no precisamente de coronavirus. Lo que responde a los síntomas de una crisis de ansiedad. Lo mismo en personas con tristeza y desesperanza. En niños eran experiencias de una semana completa y en adultos superaban los 15 días. Hubo personas que antes de la pandemia ya tenían algún tipo de crisis y otras debutaron en esta situación.

—¿Qué sigue después de que una persona pide ayuda?

—Se les busca un acompañamiento y seguimiento integral porque la depresión y ansiedad no son exclusivos del sistema nervioso, también influye las condiciones de vida, los servicios públicos con los que cuenta en su comunidad y también la condición de los integrantes de su familia.

—¿Cuáles son las llamadas más recurrentes en SALME previo al regreso a clases?

—Han permanecido, los principales motivos en intervención en crisis son la problemática de la pareja, familiares, pero como síntomas de un posible trastorno que tiene que ver con la ansiedad y depresión, esos son los dos primeros motivos. No hay un incremento por el retorno a clases, el incremento se dio después de la pandemia y ha permanecido el comportamiento.

Hay estudios, investigaciones y encuestas que señalan que las niñas, niños y adolescentes serán más felices si regresan a clases de manera presencial, de ser así después de este 30 de agosto ¿La condición mental de esta población mejorará?

Sí, la socialización y las afectividades escolares son parte de la salud mental. Se puede socializar en línea, sí, pero los niños que asistan a clases presenciales con los cuidados de salud que aprendieron, tendrán el beneficio de interactuar y aprender a estar seguros de otra manera, eso también son habilidades para la vida.

El psicólogo Julio Villegas recomienda a esa población que, si llegara a desarrollar miedo de contagiarse por el Covid-19, haga contacto vía telefónica al 3338233220 y que, frente a sus padres o tutores, con el altavoz puesto, el o la niña haga las preguntas que necesite.

En SALME consideran que la población de la niñez y la adolescencia “no predominará la sensación de estrés sino de alegría, de sentirse útiles y volver a la rutina de asearse antes de ir a la escuela”.

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